El gobierno de Donald Trump prohíbe a las mujeres trans ingresar en prisiones federales femeninas, invalidando su identidad femenina.
El gobierno estadounidense prohíbe a las mujeres trans cumplir sus condenas en prisiones federales femeninas. Esto como resultado de una orden ejecutiva del presidente Donald Trump. El actual mandatario también tomó medidas para poner fin a los tratamientos médicos relacionados con el género para las personas trans en prisión.
Por si fuera poco, la orden de Trump es que las reclusas trans sean enviadas a instalaciones para hombres.
Trump también estableció algunas restricciones a la vivienda y la atención médica para las reclusas trans en su mandato anterior, pero la nueva orden fue de mayor alcance.
El Frente de Liberación de la Mujer, que define a las mujeres en función del sexo al nacer y aboga por las prisiones de un solo sexo, calificó la directiva como «una gran victoria». Este grupo está desafiando una ley de California que permite a lxs prisionerxs solicitar una vivienda que se alinee con su identidad de género. Argumenta que la ley viola los derechos constitucionales de las reclusas que no son trans, incluido el derecho de la Octava Enmienda a la protección contra castigos crueles e inusuales.
Activistas en pro de la comunidad LGBT+ y las propias reclusas criticaron la orden, diciendo que las pondría en inminente peligro.
Shannon Minter, directora legal del Centro Nacional para los Derechos de las Lesbianas, declaró:
«Habrá violaciones y agresiones físicas debido a esta política. También es terrible para los funcionarios de prisiones, que en este momento tienen la autoridad para usar la discreción sobre lo que tiene más sentido para la seguridad de las instalaciones».
Los expertos legales dijeron que también sería vulnerable a impugnaciones en los tribunales. Los tribunales federales han dicho que los sistemas penitenciarios están obligados a proteger a los presos vulnerables.
Richard Sáenz, abogado de Lambda Legal, una organización de defensa legal para la comunidad LGBT+ declaró:
«Las protecciones constitucionales no se detienen si una persona está en prisión o en la cárcel, o en centros de detención de inmigrantes».
En la actualidad, hay alrededor de 1.500 prisioneras federales que son mujeres trans, según la Oficina de Prisiones. Pero representan una gran parte de los reclusos federales, especialmente entre las reclusas: el 15 por ciento de las mujeres en prisión son transgénero. Hay 750 hombres transgénero de los 144.000 hombres presos.
La Corte Suprema reconoció la vulnerabilidad de lxs reclusxs transgénero hace décadas en el caso de Dee Farmer. Farmer era una reclusa trans que reveló haber sido violada mientras estaba alojada con hombres. El tribunal sostuvo que el gobierno tiene el deber de proteger a los presos de la violencia.
Farmer ahora dirige Fight4Justice, un grupo de defensa sin fines de lucro para los prisionerxs LGBT+, incluida una mujer trans que actualmente está bajo vigilancia por suicidio. Esto, después de ser objeto de abusos en la cárcel de Washington, D.C.
La Oficina de Prisiones ha notificado a lxs presxs trans de cambios inminentes.
(Con información de «The New York Times»).
