En la ciudad italiana de Castelbosco, se inauguró el Museo de la Mierda, una instalación ecosostenible que aprovecha los excrementos animales para generar energía.
Giantonino Lucatelli, buscó dar una utilidad a los 100,000 kilos de excrementos que generan al año sus 2,500 vacas productoras de queso.
El Museo de la Mierda de Castelbosco nace con la idea de recuperar todos los recursos que se utilizan en la ganadería vacuna basado en la cultura del «no desperdicio».
En el museo se enseña también cómo es posible crear ladrillos con una gran capacidad aislante a partir de los excrementos de las vacas, combinando así recursos naturales, tecnología e innovación ecológica. También los excrementos son el componente principal de pinturas y arcillas, además de la fuente de energía que utiliza toda la instalación para calentar los edificios y generar electricidad.
El muy nuevo museo, demuestra que una gran cagada, puede ser extremadamente productiva. ¡Escándala!