Un muy reciente estudio publicado en la reconocida revista científica «The Lancet», presenta datos reveladores sobre las personas que se inyectan drogas y una desprorción de casos de VIH y hepatitis C.
¿Cuáles son los hallazgos y las implicaciones de este estudio en el contexto global de la salud?
Desafíos Globales: VIH y VHC entre personas usuarios de drogas
Alto riesgo y desproporción de infecciones
Según el estudio: «People who inject drugs: testing and treatment of HIV and HCV» del Dr. Behzad Hajarizadeh y su equipo, el 15% de las personas que se inyectan drogas en todo el mundo viven con el VIH y el 53% porta el virus de la hepatitis C.
Esas cifras son desproporcionadas y evidencian el riesgo significativo que enfrenta ese grupo vulnerable en términos de infecciones y su posible propagación.
Objetivos Ambiciosos para el 2025 y 2030
En diciembre de 2020, ONUSIDA estableció objetivos ambiciosos, con la meta de que el 95% de las personas con VIH conozcan su estado, sigan un tratamiento continuo, y tengan una carga viral controlada para 2025.
Simultáneamente, la OMS busca erradicar el virus de la hepatitis C para el 2030. Esos objetivos requieren un enfoque específico en grupos de alto riesgo, como las personas que se inyectan drogas.
El investigador Behzad Hajarizadeh y su equipo llevaron a cabo una revisión sistemática, examinando la cobertura global de las pruebas y tratamiento del VIH y el VHC entre usuarios de drogas inyectables. El objetivo era identificar lagunas en la cobertura y áreas susceptibles de mejora.
Lagunas y limitaciones del estudio
Aunque la revisión abarcó datos de 106 países entre 2008 y 2012, algunas lagunas importantes se destacaron.
No se informó sobre la prevalencia de la coinfección VIH-VHC ni sobre el seguimiento de la carga viral del VIH para evaluar la eficacia del tratamiento. Además, no se exploraron factores socioeconómicos o políticos que podrían explicar disparidades en la aceptación de pruebas y tratamiento en distintos países.
Conclusiones y perspectivas futuras
Las lagunas identificadas en el estudio subrayan la necesidad de futuras investigaciones para comprender mejor la prevalencia de la coinfección VIH-VHC entre las personas usuarias de drogas inyectables. Lo que es un hecho es que esa poblaciones requieren atención especializada en los servicios de salud y que sea brindada sin estigmas y sin discriminación. Lo que para México al menos en la presente administración se ve no posible.
Las estadísticas de la iniciativa 95-95-95 (conocer estatus, medicación, indetectabilidad) de ONUSIDA para 2022 revelan avances, aún hay desafíos.
La aceptación de pruebas y tratamientos cruciales no es óptima en muchos países, destacando la urgencia de intervenciones proactivas.
Acciones urgentes y necesarias a implementarse
La investigación destaca la necesidad de datos específicos de cada país sobre la atención del VIH y el VHC entre personas usuarias de drogas inyectables.
La cooperación y la inversión mundiales son esenciales para afinar estrategias, vincular a las personas usuarias de drogas inyectables con la atención clínica y garantizar un acceso equitativo a la salud y la medicina.
Conclusiones
Algunas de las conclusiones generales del estudio y que llaman a la atención urgente son:
– Realizar estimaciones globales y regionales de la aceptación de pruebas y tratamiento del VHC entre personas usuarias de drogas inyectables.
– Es muy preocupante la falta de aceptación de realizarse pruebas del VIH y el VHC a nivel general.
– Hay una urgente necesidad de datos de mejor calidad y específicos de cada país sobre la atención del VIH y el VHC entre personas usuarias de drogas inyectables.
– Ajustar las estrategias que se están implementando para personas que se inyectan drogas y de esa forma estar más cerca de cumplir con los objetivos de la OMS en pruebas y tratamiento del VIH y el VHC.