En Bélgica, finalmente se anunció la prohibición de las mal llamadas «terapias de conversión», prácticas que torturan a las poblaciones LGBT+.
¡Manas! La Secretaria de Igualdad de Género, Igualdad de Oportunidades y Diversidad del Estado en Bélgica, emitió un comunicado de prensa donde dieron a conocer la noticia sobre la prohibición de las mal llamadas «terapias de conversión» en el país.
«Bélgica es un país pionero en el ámbito de los derechos LGBTQ»…»Numerosas reformas legislativas y esfuerzos sociales lo atestiguan, pero la prohibición (de las prácticas de conversión) estaba tristemente ausente de nuestro arsenal legislativo», cita el escrito.
Bélgica es conocido por tener una amplia protección legal para las personas LGBTQ+, lo que incluye la propuesta del reconocimiento legal de las identidades no binarias, además de contar con la política para personas trans más antigua de Europa.
Por si aún no sabes a lo que se refiere, las llamadas «terapias de conversión» suelen definirse como cualquier intento de cambiar o suprimir la sexualidad o la identidad de género de una persona, en muchas de las ocasiones utilizando métodos súper violentos como electroshock o incluso violación. Prácticas altamente condenadas, pues incluso la Organización Mundial de la Salud ya las compara con torturas, ¡y es que lo son!
Las leyes previstas en Bélgica supondrían que las personas encontradas culpables de ejercer dichas «terapias» enfrentarían una pena de hasta dos años de prisión y/o una multa de hasta 300 euros (258 libras).
La duración de la condena y el coste de la multa dependerán de si la persona agresora ocupaba una posición de autoridad, confianza o influencia, y de si la víctima era menor de edad o se encontraba en circunstancias particularmente vulnerables.
«La oportunidad de ser uno mismo y la libertad de vivir como uno quiere es un principio fundamental de nuestra sociedad que no debe comprometerse bajo ninguna circunstancia»…»Esta prohibición es un acto poderoso para proteger a las víctimas de esta violencia simbólica, psicológica y a veces física», declaró Schlitz, responsable de la secretaría.