Una controversial película que puso bajo el reflector las prácticas underground de la comunidad gay neoyorquina de los 1970s.
Luis Miguel Romero
X: @LuisMiguelR01
Facebook: @LuisMiguelR02
Instagram: @luismiguelr03
«Cruising» es un término anglosajón utilizado para designar a la práctica sexual consistente en realizar el acto en lugares públicos.
La práctica es muy recurrente entre la comunidad LGBT+, más específicamente entre el colectivo gay. Esta práctica utiliza parques públicos, vagones del tren subterráneo, cines o cualquier otro espacio público para dar rienda suelta al impulso sexual. El tabú de lo prohibido y riesgoso hace, para algunos, más excitante esta práctica.
Pero también es el nombre de un clásico de cine. Y en este espacio hablaremos de dicho filme.
“Cruising” (“Cacería” o «A la caza» en Hispanoamérica), es una película de 1980 dirigida por William Friedkin y estelarizada por el actor Al Pacino.
¿De qué trata?
En el caluroso verano de la ciudad de Nueva York, la policía encuentra en el Río Hudson los restos de varios hombres. Las investigaciones arrojan que un despiadado asesino en serie está asesinando hombres homosexuales que frecuentan bares y clubes nocturnos gay en la zona de West Village. Steve Burns (Pacino), una agente de la policía neoyorquina, es comisionado para infiltrarse en él submundo gay, específicamente en los bares y clubes leather para capturar al despiadado criminal.
Y es que el modus operandi de este asesino es llevar a cabo terribles prácticas de sadomasoquismo antes de eliminar a sus víctimas. Estas son encontradas apuñaladas, estranguladas y con severos signos de tortura.
Esto lleva a Burns a internarse en el mundo, aún underground de la homosexualidad masculina neoyorquina. Burns renta un apartamento en West Village y pronto traba amistad con su vecino, un dramaturgo llamado Ted (Don Scardino). Burns oculta su nueva misión a su novia Nancy (Karen Allen), al mismo tiempo que comienza a desarrollar una curiosa relación con su vecino Ted.
La búsqueda de Burns por el malvado asesino, lo lleva a un mundo completamente nuevo para él. Sus investigaciones lo llevarán a diversas situaciones, a tratar con diversos personajes y vivir experiencias totalmente ajenas para él. El final es sorprendente e inesperado.
Basada en hechos reales
La película está basada en un hecho real, el caso de un asesino serial que realizó diversos crímenes contra personas homosexuales en 1970, y que fue ampliamente cubierta por el diario The New York Times.
Se dice que incluso Steven Spielberg fue considerado antes que Friedkin para realizar la cinta, pero la rechazó. Al Pacino no fue la primera opción para el personaje de Burns. Se pensó en contratar a Richard Gere antes que a él.
La película causó revuelo en su estreno por mostrar escenas algo explícitas de la escena gay de la época, específicamente del sub mundo leather, todavía tabú entre las audiencias estadounidenses y del mundo en general. De hecho, la primera escena donde se muestra uno de los crímenes del asesino, fue catalogada como “pornografía gay”.
No obstante, la respuesta del colectivo gay ante la película no fue positiva. En 1979, la comunidad gay protestó contra la producción de la película acusándola de estigmatizar a la comunidad homosexual y mostrarla de una manera estereotipada y llena de clichés. De hecho, mientras la película se filmaba, los manifestantes intentaban a toda costa frenar la filmación. El ruido de los manifestantes tuvo que retirarse de la cinta en el departamento de edición.
La película tuvo críticas mixtas de parte de los expertos y del mismo público. Como dato curioso, cabe señalar que Ron Nyswaner, el guionista del clásico “Philadelphia”, relató en el documental “The Celluloid Closet” (Rob Epstein y Jeffrey Friedman, 1995), que él y su pareja fueron atacados por un grupo de hombres que afirmaban que la película “Cruising” era su “inspiración”. Dos meses después del estreno de la cinta, un tipo con problemas mentales también atacó con metralleta a los clientes de un bar gay en Nueva York, citando también a la película como fuente de inspiración de su ataque.
En 2013, el actor y cineasta James Franco, co-dirigió la cinta “Interior: Leather Bar», donde narra la historia de unos cineastas que tratan de filmar una película, que no es otra más que “Cruising”, intentando recrear los 40 minutos eliminados en la sala de edición de dicha cinta.
“Cruising” es una película con muchos otros valores que pueden rescatarse. Hoy en día, es considerada un clásico del cine y una referencia obligada de ese misterioso e inquietante mundo que forma parte de la subcultura LGBT+.