Un tribunal controlado por los rebeldes hutíes en Yemen anunció la condena a muerte de 13 personas acusadas de homosexualidad.
La sentencia, emitida el 4 de febrero en la provincia de Ibb, ha generado preocupación internacional y destaca la situación de los derechos humanos en Yemen.
El tribunal hutí, respaldado por Irán, ha dictado la pena capital para trece hombres homosexuales, quienes enfrentan la posibilidad de ser ejecutados públicamente.
Además, se informa que otros 35 hombres han sido detenidos bajo sospecha de homosexualidad en la misma provincia.
El informe de Derechos Humanos del Departamento de Estado de los Estados Unidos señala que la ley yemení penaliza las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, imponiendo la pena de muerte según la interpretación islámica del país.
Aunque no se han conocido ejecuciones recientes de personas LGBTQI+, la situación actual plantea un grave riesgo para la comunidad.
Acciones de los Houthis
Los rebeldes Houthis, apoyados por Irán, han estado involucrados en acciones militares, incluyendo ataques a barcos comerciales en el Mar Rojo.
Estos actos han llevado a intervenciones por parte de Estados Unidos y el Reino Unido, que realizaron ataques aéreos contra el grupo rebelde el mes pasado.
La comunidad internacional, a través de organizaciones como Amnistía Internacional, ha condenado las sentencias de muerte y ha instado a detener las ejecuciones.
Amnistía Internacional también ha pedido al gobierno yemení que cumpla con sus obligaciones bajo el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, revocando la legislación discriminatoria y protegiendo los derechos de la comunidad LGBTQI+.
A pesar de las condenas a muerte, existe incertidumbre sobre si las ejecuciones se llevarán a cabo.
Según el Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos, solo una parte de las sentencias de muerte en las zonas controladas por los hutíes se ejecutan realmente, lo que agrega una capa de incertidumbre a la situación.
La condena a muerte de 13 personas por homosexualidad en Yemen pone de manifiesto la precaria situación de los derechos humanos en la región.
La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de estos eventos, con la esperanza de que se respeten los derechos fundamentales de todas las personas, independientemente de su orientación sexual.
