En el estado de Arakansas, Estados Unidos, se ha creado una polémica comunidad basada en preceptos de supremacía.
En el estado de Arkansas, Estados Unidos, se ha establecido una polémica comunidad que se define como “solo para blancos”, donde no se permite el ingreso de personas negras, judías ni de la comunidad LGBT+.
El proyecto, denominado Return To The Land (RTTL), fue fundado en 2023 y se presenta como “una asociación privada para individuos y familias con ascendencia europea y valores tradicionales”, según su sitio web. Sus integrantes niegan ser racistas y aseguran que “no buscan perjudicar a otros grupos”. Esto pese a que su discurso apunta a alejarse de “una sociedad moderna fallida”, lo que interpretan como una crítica a la diversidad y la inmigración.
En entrevista con Sky News, el fundador Eric Orwoll afirmó:
“Hemos creado un lugar donde controlamos quiénes son nuestros vecinos, solo para preservar nuestra cultura… cultura blanca y estadounidense”.
En redes sociales, Orwoll ha promocionado el proyecto con mensajes como:
“¿Quieres una nación blanca? ¿Construir una ciudad blanca? Se puede hacer. Lo estamos haciendo”.
Actualmente, el primer asentamiento ocupa 150 acres y alberga a unas 40 personas. Pero “cientos” más ya han pagado su membresía. El sitio web menciona seis locaciones, una en funcionamiento y otras en planeación, y medios estadounidenses reportan iniciativas similares en Missouri.
Reglas y modelo económico
Los aspirantes son evaluados mediante entrevistas en video y deben demostrar ascendencia europea. Además, pueden comprar “acciones”, que se traducen en parcelas de tierra.
Posturas internas y críticas
Una integrante llamada Niki defendió la exclusión:
“Ellos (personas LGBT+) pueden tener sus propias comunidades; ya lo hacen, y eso es genial”, incluso sugirió que sería “ideal” ver más ciudades “solo para blancos”.
Por su parte, Peter Csere, responsable de la estrategia legal del grupo, sostiene que su estructura como asociación privada les permite eludir leyes antidiscriminación y se mostró confiado en ganar cualquier litigio:
“No me importa si nos llaman racistas”.
Reacción de autoridades y sociedad civil
El fiscal general de Arkansas, Tim Griffin, dijo que es la primera vez que recibe estas denuncias y anunció una investigación:
“La discriminación racial no tiene cabida en Arkansas ni en ninguna sociedad libre. Estas acusaciones plantean serias cuestiones legales y constitucionales”.
Líderes comunitarios también se han manifestado. Barry Jefferson, presidente de la NAACP en Arkansas, advirtió:
“No necesitamos regresar a la era de Jim Crow. Nadie debería ser discriminado por su color de piel”.
Algunos residentes locales atribuyen el surgimiento del grupo al regreso de Donald Trump a la presidencia este año.
(Fuente: PinkNews)