Manas, él es Diego Garijo, que en el mundo de la lucha es conocido como el Dos Pistolas, pero también hace drag, donde lo su personaje lleva el nombre de Lola Pistola, para la mayoría de la gente es muy difícil pensar en que el mundo de las artes marciales mixtas y el arte drag, se podrían llevar, pero siempre hay alguien que nos vien a enseñar, que no todo es blanco o negro.
Diego Garijo, tiene 41 años, nació en Guanajuato y llegó a Estados Unidos cuando era un niño. Después de cumplir varias sentencias en prisión de joven, comenzó su trayectoria como luchador profesional de artes marciales mixtas (MMA) en 2006 y en 2018, Garijo se adentró en un deporte aún más sangriento: el boxeo a puño limpio, en el que posee una victoria y una derrota.
En entrevista para VICE, él contó que el drag y las artes marciales mixtas no son disciplinas opuestas. De hecho, cree que funcionan bien juntas, también contó que hay algo más difícil que la depilación “La cera es fatal, ¿pero sabes qué es peor? Romperse una uña acrílica. Es una pesadilla. En cuanto a los puñetazos en la cara, no me molestan”.
Diego contó que se retiró del combate profesional en 2012 después de que su retina se desprendiera “El médico pudo salvar mi ojo, pero ya no funciona muy bien. Me advirtió que me podría pasar lo mismo en el otro. Pero yo no estaba listo para renunciar a la lucha”.
Sobre sus inicios en el drag comentó “Tengo una foto de cuando tenía seis años en la que salgo con el sujetador y las bragas de mi madre. Me crió sola y yo tenía un par de primos gays, así que no estuve expuesto a muchos estereotipos masculinos tradicionales”.
“Quizás por eso puedo ser muy femenino. La gente se pregunta si soy gay, pero no entiende que la feminidad y la sexualidad son cosas completamente diferentes», añadió.
Descubrió su pasión por el drag hace unos años, ya que hizo un curso de inteligencia emocional, donde le dijeron que tenía que salir de su nuestra zona de confort, “Me gusta hablar en frente de mucha gente y ser el centro de atención, pero cuando la palabra drag me cruzó la mente, dije: “¡Caray, eso es!”. Me metí de lleno. Tuve clases de baile, me agujereé las orejas y me depilé con cera. Aprendí a caminar con tacones y alguien me ayudó con los vestidos”.
El cuanta que fue muy bien aceptado por la comunidad drag “Recibo mucho amor de gente del mundo drag, al igual que de las comunidades trans y gay. Pero también de luchadores fuertes y duros. Quizás ellos también esconden algo de sí mismos que les gustaría sacar a la luz más. Todo el mundo tiene secretos, es normal”.
Pero para Diego que tienen en común las artes marciales profesionales y el drag, el comentó “Las artes marciales nos muestran la belleza de los humanos que superan una gran resistencia. El drag consiste en superar la masculinidad tóxica. La gente trans de color en particular está entre las personas más oprimidas y tienen tasas de suicidio muy altas. Deberían ser apoyadas en vez de marginalizadas”.
En la entrevista con VICE, relató que mucho de lo que hace tiene que ver con que de pequeño sufrió acoso escolar, que lo hizo sentirme pequeño, como un extraño, “Siempre me he avergonzado de todo. Quizás por eso he creado una personalidad que no tiene vergüenza. Me humillaron tanto de niño que juré que nunca más dejaría que ocurriera de nuevo. Por eso di un paso adelante en el combate cuando todos los demás darían un paso atrás. Pero llevo el trauma de mi infancia conmigo todo el tiempo. Me enfrento a él todos los días”.
Hijas, que emocionante es ver a hombres que quieren dejar atrás la masculinidad tóxica y pueden jugar con su lado femenino sin ningún problema y Diego Garijo es un gran ejemplo de esto.