En el marco de la Día Internacional en Conmemoración del Holocausto, hablaremos un poco del famoso «triángulo rosa», un símbolo utilizado para identificar a los hombres queer en el Holocausto.
Cada 27 de febrero, el Día Internacional en Conmemoración del Holocausto permite que el mundo se una al duelo por los millones de personas a las que se les fue arrebatada la vida a manos de la Alemania nazi. Y es también, un ejemplar recordatorio de lo fácil que los discursos de odio pueden atentar contra una sociedad.
Cuando Adolfo Hitler y su partido Nazi tomó en poder de Alemania en julio de 1933, la dictadura empezó a perseguir y asesinar a grupos vulnerados, entre los que se encontraban judíos, personas LGBT+, romaníes y presos políticos. Donde se construyeron una red de «campos de concentración» con todas las poblaciones «indeseadas».
Dicha persecución continuó hasta 1945, donde se estima que el Partido Nazi asesino sistemáticamente alrededor de 6 millones de judíos europeos. Y se estima, que hasta 17 millones de personas fueron asesinadas, incluidas hombres homosexuales y bisexuales.
Se estima que los nazis encarcelaron a más de 50,000 hombres homosexuales. Mientras que la homosexualidad entre hombres era ilegal, no era ilegal ser lesbiana, sin embargo, también eran perseguidas. Al igual que las personas trans, de acuerdo con el Instituto Forense de Medicina, «el fenómeno del travestismo debería ser exterminado de la vida pública».
En los campos de concentración Nazi, se utilizaba el triángulo rosa para identificar a los hombres gay. Donde eran sometidos a violencias y labores forzadas.
Además, eran sujetos de tortura, incluyendo la penetración utilizando madera, y experimentación en humanos utilizada por los Nazis. También se dice que eran obligados a tener relaciones con mujeres esclavas y lesbianas como un especie de «terapia de conversión.
Centenares de personas LGBT+ fueron asesinadas por los nazis. Sin embargo, aunque no se tiene una cifra oficial, se estima que la cifra de hombres homosexuales asesinados superaba ahsta en un 60% a los hombres heterosexuales.
Como acto de desafió, el triángulo rosa fue apropiado, y comúnmente invertido, como símbolo del activismo gay. También ha sido utilizado como resistencia ante el estigma y la falta de atención de la pandemia ocasionada por el VIH y SIDA.