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En CDMX, un refugio y espacio seguro para mujeres trans en situación de calle se encuentra en riesgo de cerrar

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Además de refugio, sirve para alfabetizar a mujeres trans y trabajadoras sexuales, brindar acompañamiento para la obtención de sus documentos de identidad, así como el otorgamiento de talleres educativos que colaboren en su autonomía.

¡Manas! Desde hace dos años, Victoria recibe a mujeres trans en situación de calle en su departamento, ubicado en el centro de la Ciudad de México. Lugar que sin planearlo, se convirtió en un refugio y ahora se encuentra en riesgo de cerrar sus puertas, por falta de recursos y porque ya no les quieren rentar el espacio en el que se ubican actualmente.

“Estamos viviendo en un pequeño departamento que no está acondicionado para ser refugio, pero lo hemos utilizado para recibir hasta 10 o 12 personas al mismo tiempo. Yo rentaba aquí desde hace 4 años, pero el dueño se enteró del trabajo que estamos haciendo y dio por terminado el contrato. Me dijo que no va a renovarlo porque prefiere venderlo”, declara Victoria Romero, coordinadora de la colectiva «Lleca-escuchando las calles».

La petición de desalojar el departamento llegó luego de diversas agresiones verbales y amenazas por parte de vecinos inconformes con la presencia de mujeres trans y trabajadoras sexuales en el inmueble.Además de ser refugio, alfabetizan a mujeres trans y trabajadoras sexuales, y les brindan talleres psicoeducativos en los que se fomenta la autonomía.

También dan acompañamiento en procesos de obtención de documentos de identidad, pues en muchos casos las usuarias no cuentan con acta de nacimiento ni otro tipo de identificación.

La colectiva «Lleca-escuchando las calles» actualmente está integrada por cinco voluntarias y psicólogos que prestan sus servicios gratuitos en algunas ocasiones. En este momento, alojan a cinco mujeres trans en situación de calle.

Victoria Romero destaca que la importancia de la labor que realizan está en que “no somos un albergue, sino un espacio seguro”, en el que no se obliga a las personas a permanecer encerradas, y por ello en ocasiones solo acuden a bañarse, comer, dormir algunas horas o, en el caso de mujeres trans migrantes, mientras esperan que se autoricen los documentos que les permitan continuar su camino rumbo al norte.

“No condicionamos su estancia, por eso decimos que somos un espacio seguro. Algunos solo lo necesitan un rato y se van de nuevo a habitar espacios públicos. Somos conscientes de que trabajamos con población que habita las calles y somos respetuosas de ello, que hay personas que deciden estar en situación de calle y así se sienten bien y seguras. Otras vienen de paso y tienen otros proyectos, así que solo siguen su camino”, detalla Victoria.

Gracias al trabajo que realiza con «Lleca-escuchando las calles», Victoria ha sido testigo de cómo afecta a la vida de las personas LGBTQA+ el rechazo de sus familias y de la sociedad.

“En las calles de la Ciudad de México hemos encontrado a mujeres trans que vienen desde otros estados u otros países en busca de mejores oportunidades. Vienen acá porque tienen la idea de que hay más apertura, menos discriminación… sin embargo, al paso del tiempo se encuentran con la misma situación de la que vienen huyendo”, lamenta Victoria.

Para continuar con su labor, «Lleca-escuchando las calles» lanzó una campaña para recabar recursos que les permitan rentar un nuevo espacio en el cual puedan continuar dando refugio, así como continuar con las actividades educativas, de apoyo emocional y de salud sexual. Con los recursos que se recaben, también iniciarán los trámites para constituirse formalmente como una asociación civil, lo que les permitirá acceder a apoyos del gobierno.

Con información de Animal Político