“Flores negras del destino nos apartan” es un monólogo autobiográfico ficcionado de contrastes emocionales que nos habla de la compleja relación con la madre, quien en tiempo presente se encuentra en el hospital.
Hassel Sara
@hassel_sara3
Es por eso que el protagonista vive consigo un cúmulo de situaciones amor/odio al remontar las carencias que su madre le otorgaba pues ella se dedicaba al trabajo sexual, un conflicto interno que busca la vocación de su vida y la confrontación del duelo ante una pérdida.
La primera línea de “Canción de tumba” de Julián Herbert revelaba que esta sería la obra que José Juan Sánchez y Belén Aguilar tendrían que adaptar, pues el isósceles estaba inmerso en una coincidencia increíble. El destino había subrayado que Guadalupe les daría la vida, que procediera de San Luis Potosí y nacería un 12 de diciembre.
Es una obra que le habla al espectro de la realización artística, en la que el autor Julián Herbert gritaba a la adversidad del texto, y por su parte José Juan al montaje escénico. Es decir que hay una línea difusa y casi inexistente entre las vivencias del escritor, el actor y el personaje.
Dentro de la metamorfosis que conlleva aceptar una pérdida encontramos un tono cómico que puede causar ruido en el público fuera del nicho teatral, pero que en realidad tiene todo el sentido cuando recordamos que la risa también es un mecanismo de defensa, una respuesta orgánica a la asimilación de la complejidad y el llenar de un profundo vacío.
El escenario es resultado de la forma más creativa en la que se puede resolver la culturalmente problemática pandemia, pues en la decoración de una gran pantalla encontramos planos audiovisuales que complementan una estética maravillosa. En ella se retrata la figura y el talento de Lorena Glinz, quien da vida a nuestra protagonista “Guadalupe”.
Nos transporta a exteriores muy bien cuidados en los que la actriz luce una impecable interpretación a partir de una mirada profunda y un porte que conjuga un performance emocionalmente intenso.
José Juan está todo el tiempo compartiendo con el público la develación emocional, interactuando y aprovechando las bellas imágenes del espacio con un constante ritmo irónico. Siendo el mejor hilo conductor para esta ficción, pues goza de un carisma natural ¿Ya dije que canta bonito?
“Hay algo en la narración que hace que todas las preguntas me las aborde a mí, que alcanzan a ser aterrizadas en José más allá del personaje. La duda me alimenta más que la certeza para construir en la obra, con el público y en mi vida…” Nos platica José Juan Sánchez.
“Flores negras del destino nos apartan”, es un abrazo que se burla del dolor, un homenaje y una reconciliación con nuestros demonios para poder lograr algo bello, estético y digerible en nuestra cotidianidad. Es encontrar sentido dentro de una situación compleja, mismas que abundan en esta catarsis de vida.
“Flores negras del destino nos apartan”, se presenta en La Gruta del Centro Cultural Helénico, los miércoles y jueves a las 20:00 horas