Hanna Bouveng, de 25 años, acusó a Benjamin Wey en una demanda de 850 millones de dólares de utilizar su poder como propietario de New York Global Group para forzarla a tener cuatro encuentros sexuales y luego despedirla cuando descubrió que tenía novio.
El jurado de un tribunal federal en Manhattan le otorgó 2 millones de dólares como indemnización, además de 16 millones de dólares por daños punitivos por acoso sexual, represalias y difamación.
Así que la mujer ya no tendrá más por qué trabajar a menos que quiera fundar su propia empresa y convertirse en una cougar, pero esa ya es otra historia.