Los meses anteriores, estuve participando en el proyecto para la creación del “Manual para la inclusión de las personas trans en los espacios laborales”. Fue increíble ver a un grupo de personas trans (trans como termino paraguas) colaborando para hacer un manual sumamente robusto. Compartir diferentes experiencias, buenas y malas, así como expresar específicamente el cómo las empresas debieran apoyar la causa trans, fue muy enriquecedor.
Después de la presentación, leí comentarios como: “¿ah, que, se necesita manual?”, a lo cual yo respondería que en un mundo ideal no, ya que no existiría discriminación y todo mundo sería consciente de lo que vive una persona al transicionar. Desafortunadamente no estamos en ese mundo. Una transición afecta todas las áreas de la vida de una persona: legal, familiar, social, profesional, la salud, las relaciones de pareja, etc. Por lo que no solo es tener la buena intención de ser incluyente, sino el saber cómo acompañar esos procesos.
Pero por mucho, lo mejor de este trabajo fue el ver gente tan inteligente, preparada y luchona entre ese grupo. El constatar que existe tanto talento trans, cada quien en sus diferentes áreas y con experiencias tan variadas, fue como agua fresca en el desierto, más no una sorpresa. A quien sorprende es a las personas que todavía viven con el estereotipo tan común entre la sociedad. El estereotipo que les pintan en la tele, en el cine, en las iglesias y demás organizaciones que todavía dedican esfuerzos considerables en hacer campaña en nuestra contra. La realidad no es así y estamos muy lejos de ser ese estereotipo, pero ver el talento en acción es la mejor manera de acabar con él, porque le rompe el esquema a esas personas.
Ahora, vámonos a un escenario diferente al empresarial: el familiar. El domingo tuve una reunión principalmente con familias de niñes trans, pero también algunas personas adolescentes o adultes jóvenes. Ver a las familias entendiendo y apoyando tan amorosamente representa un avance importante. Y no solo apoyando, sino hasta participando de una manera divertida en las transiciones de sus hijes. Veo niñes expresarse tan bien y con tanta claridad acerca su situación y de su identidad de género, que es imposible no emocionarse.
No se puede negar la preocupación que todavía veo en las familias, precisamente por todo lo que falta por cambiar en este mundo. Lo he dicho antes, muchas empresas se dicen incluyentes por pintar sus logos de colorcitos en Junio, pero sabemos que es puro marketing. Tres de esas empresas me han tratado pésimo. También casos como Hungría, Polonia y el presidente checo expresándose horriblemente acerca de las personas trans. En Perú, el que va a ser presidente va a negarle los derechos a la diversidad “porque en su casa si le enseñaron valores”. Son retrocesos terribles por todos lados. Son también reacciones porque están perdiendo terreno.
Las familias ya están haciendo mucho y por supuesto se preocupan y quieren evitarle problemas a sus hijes, sin embargo, hay experiencias que solo la gente trans podremos ir sorteando cuando se vayan presentando y no nos pueden meter en una burbuja para protegernos. Pero la adversidad nos hace fuertes y nos da muchas cualidades que ya las quisiera cualquiera. Las experiencias por las que atraviesa una persona trans, son una enorme oportunidad de crecimiento si se saben reconocer y aprovechar. Además, les niñes están en la inmejorable posición de vivir casi toda su vida ya con la identidad correcta, sin necesidad de explicar nada en el futuro. Yo sentí también cierta aprensión en la reunión, ya que no quiero que nadie tenga que pasar por lo que yo he pasado. Me sentí algo triste de no estar todavía donde necesitamos. Pero ahí entró al rescate mi maravilloso amigo Karim, haciéndome ver que ya se ha logrado mucho y que debemos sentir una gran esperanza al ver estos cambios. Hablando de talento trans, Karim es un increíble pintor y nuestra lucha la expresa en la pintura que adorna este artículo…