Cientos de personas se manifiestan en Washington DC para exigir que Trump devuelva al solicitante de asilo gay desaparecido Andry Hernández Romero.
El pasado viernes 06 de junio, unas 300 personas se congregaron frente a la Corte Suprema de Estados Unidos, en Washington, D.C.
El motivo fue exigir el regreso de alguien a quien el gobierno de Estados Unidos «desapareció». Se trata de Andry Hernández Romero, un solicitante de asilo, actor y maquillador gay venezolano de 31 años. Andry huyó legalmente a Estados Unidos en 2024 para escapar de la persecución homofóbica. Andry se estaba preparando para su audiencia de asilo, pero antes de que esta tuviera lugar, la administración Trump lo deportó. Esta deportación se llevó a cabo en virtud de una orden ejecutiva de 2025 que invocaba la Ley de Enemigos Extranjeros, una ley de 1798 que se usó una vez para encarcelar a los estadounidenses de origen japonés durante la Segunda Guerra Mundial.
Andry fue enviado a CECOT, la tristemente célebre megacárcel de El Salvador, acusado de afiliación a pandillas con base en dos tatuajes de coronas sobre los nombres de su madre y su padre. Sus abogados dicen que no tenía antecedentes penales. Las autoridades de inmigración nunca le dieron la oportunidad de responder.
La última vez que se le vio fue encadenado, gritando:
«Soy gay. Soy estilista».
Desde ese día, no ha habido ninguna prueba de vida.
Lindsay Toczylowski, directora ejecutiva del Centro Legal de Defensores de Inmigrantes, que representa a Andry expresó:
«Le hubiera encantado estar aquí, en el WorldPride con todos nosotros. Andry es un hijo, un hermano. Es actor, maquillador. Es un hombre gay que huyó de Venezuela porque no era seguro para él vivir como él mismo. Es un miembro dedicado de una compañía de teatro en la que ha estado desde que tenía siete años… alguien que no puso nada más que belleza y luz en este mundo».
«Creemos en este momento que se encuentra en una cárcel de tortura, un gulag en El Salvador. Decimos ‘creer’ porque no hemos tenido ninguna prueba de vida para él desde el día en que lo subieron a un avión financiado por el gobierno de Estados Unidos, desaparecido forzadamente».
«Andry no está solo. Es uno de los más de 235 hombres que fueron desaparecidos y entregados a CECOT sin el debido proceso. … Muchos de ellos, como Andry, estaban en medio de sus casos de asilo. Se les negó su día en la corte. En un intento de borrar su propia existencia, fueron enviados a sufrir en una prisión de la que los funcionarios de El Salvador se han jactado de que la gente solo sale en un ataúd».
Las autoridades guardan silencio
Jon Lovett, cofundador de Crooked Media y presentador de Pod Save America, advirtió a la multitud que el programa de deportación no ha terminado, y que su lógica está destinada a desensibilizar al público.
Tras una orden de la Corte Suprema, algunas personas afectadas por estas leyes, han encontrado respuesta y han sido devueltas a los Estados Unidos. Esto hace que se tenga una mínima esperanza en el caso de Andry.
Los manifestantes también señalaron a la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, por negarse a confirmar si Andry está vivo. El congresista gay de California, Robert García, le suplicó a Noem durante una reciente audiencia en la Cámara de Representantes, durante la cual ella se negó a reconocer la preocupación por el joven.
Y mientras los cánticos de «Liberen a Andry» se extendieron por la multitud ese día en Washington.