El presidente serbio, Aleksandar Vucic, alega que la decisión de cancelar el evento se debe a la «difícil crisis» con Kosovo mientras los ortodoxos pidan que la comunidad gay sea tratada como en la Rusia de Putin
Serbia: Miles de personas se manifestaron la noche del domingo en Belgrado para alertar contra una posible celebración del Europride, pese a la decisión de las autoridades de cancelar el gran encuentro de la comunidad LGBTQ previsto para septiembre.
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El presidente serbio, Aleksandar Vucic, anunció el 27 de agosto la decisión de cancelar la marcha prevista como parte de la semana Europride, tras aducir una «difícil crisis» en Kosovo. Pero su anuncio fue desafiado por los organizadores del Europride, programado del 12 al 18 de septiembre, con una semana de festividades y eventos y una marcha de orgullo.
«La marcha tendrá lugar como previsto el 17 de septiembre», afirmó Marko Mihailovic, coordinador de la manifestación.
Portando íconos, cruces y banderas religiosas, los grupos de fieles atravesaron el centro de la ciudad rezando y cantando, y se congregaron frente a la catedral de San Sava.
Al pasar por un centro de información de la comunidad LGBTQ custodiado por la Policía, un grupo de participantes en la procesión desplegó una pancarta en la que se leía «No en el país de San Sava».
El obispo ha hecho referencia a una ley de 2013 en Rusia que castiga con multas y condenas de prisión cualquier acto de «propaganda» homosexual entre menores. Asimismo, ha dicho que que los fieles están listos para volver a las calles y «enfrentar a quienes pretenden destruir los valores de Serbia».
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El apoyo a Rusia se ha dejado ver durante la marcha.
Algunos manifestantes han ondeado banderas rusas, una muestra de la estrecha relación con Moscú, tradicional aliado de Serbia, mientras el Gobierno de Belgrado intenta equilibrar su ambición de entrar en la Unión Europea con sus antiguos lazos con Rusia y China.
Dirigiéndose a la multitud, el obispo Nikanor de la Iglesia ortodoxa serbia saludó la decisión de las autoridades de cancelar «la profanación de nuestro país, de nuestra iglesia y de nuestra familia».
Consideró «una anomalía» que debe ser tratada como en la Rusia de Vladimir Putin, a quien calificó como «el zar del planeta».
El obispo Nikanor dijo que los fieles están listos para volver a las calles para «enfrentar a quienes pretenden destruir los valores de Serbia».
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En este país de los Balcanes de 7 millones de habitantes, más de 80% de la población es cristiana ortodoxa.
Con info de: lgbtnation