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«Mujer, casos de la vida real», la serie de Silvia Pinal que marcó a una generación

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Si creciste en América Latina entre las décadas de los 1980s y los 2000s, seguro conoces a la perfección esta serie y llegaste a ver, al menos, uno de sus episodios.

Luis Miguel Romero
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Uno de los géneros televisivos más populares de México es el de los programas unitarios. A través de este sencillo y básico formato televisivo, la televisión mexicana ha tratado de contribuir un poco a la sociedad y realizar un tipo de labor social. Este formato está vigente en el país a través de programas como “La rosa de Guadalupe”, “Como dice el dicho”, “Esta historia me suena” y “Lo que callamos las mujeres”. Pero “la madre” de todas las series televisivas de denuncia social y unitarios en México, es a la que dedicamos este espacio. Si creciste en América Latina entre las décadas de los 1980s y los 2000s, seguro lo conoces a la perfección y llegaste a ver, al menos, un episodio del serial. Se trata de “Mujer, casos de la vida real”.

Silvia Pinal: La mente creativa detrás de este proyecto

Silvia Pinal

El concepto fue ideado en 1985 por la actriz y productora mexicana Silvia Pinal (1931-2024). En ese año, un terrible terremoto sacudió a la Ciudad de México, cobrándose miles de víctimas humanas y otro millar más de daños inmuebles. Entre los múltiples edificios que colapsaron ante el siniestro se encuentran los Televiteatros, complejo de teatros alquilados por la cadena televisiva mexicana Televisa y en los que Pinal se encontraba produciendo y protagonizando la comedia musical “Mame”.

Fue tal el impacto que el siniestro le causó a Silvia que, con el apoyo de la cadena Televisa, decidió producir un programa, de presupuesto modesto. En él, se representarían situaciones trágicas ocurridas en el movimiento telúrico y se mandaría un mensaje a la sociedad, ya sea para ayudar a localizar a personas desaparecidas, relatar situaciones extraordinarias derivadas de la tragedia, recolectar dinero, o cualquier otro fin benéfico. La idea era tener siempre a la mujer como figura central del problema a resolver. Estos casos se basaban en cartas que la misma audiencia enviaba a la oficina del programa. El programa se estrenó el 4 de febrero de 1986.

Casos impactantes, adaptados a un lenguaje televisivo

El programa tuvo una respuesta tan satisfactoria de la teleaudiencia que Televisa decidió conservarlo para apoyar otro tipo de causas sociales. Así, se comenzaron a tocar temas de interés femenino, como el maltrato a la mujer, personas desaparecidas o la violencia intrafamiliar. Con el paso del tiempo, el programa se diversifica y también se plantearon casos donde los hombres podían ser figuras centrales. Obviamente, en un principio, la censura televisiva limitaba mucho el tipo de problemáticas sociales que se podían abordar. Silvia Pinal llegó a declarar:

“A veces nos llegaban unas cartas con unos casos verdaderamente terribles que no se podían realizar en la televisión porque exponerlos, con toda su crudeza, podían resultar perturbadores para la audiencia. Tenían que adaptarse a un lenguaje televisivo”.

Pero conforme el tiempo fue transcurriendo, el formato se fue modernizando. La censura televisiva también fue aflojando y así, el show pudo mostrar casos más intensos. Entre los temas que abordó el serial se encuentran el tráfico de órganos, trata de personas, abuso sexual infantil, diversidad sexual, VIH / SIDA, asesinatos en serie, incesto, narcotráfico, sectas secretas, enfermedades mentales y muchos más. Pero eso sí: nunca fue visualmente explícito, aunque esto no evitó que muchos casos se quedaran grabados en la memoria del teleauditorio. Muchas veces un buen relato, puede resultar más impactante que mostrar violencia gráfica explícita.

Éxito que traspasó fronteras

El programa televisivo se emitió en todo México, América Latina, Estados Unidos, España e Italia durante 21 años. En los primeros 20 años, el show presentaba una historia de entre 20 y 25 minutos de duración. Muy pocos capítulos llegaron a durar una hora, tener continuación o a narrarse en varias partes. En el último año de emisión (2006-2007), el programa se adaptó como miniserie, contando un caso en el transcurso de una semana.

El programa iniciaba con Silvia Pinal dando una breve introducción para, posteriormente, presentar el episodio. Los episodios no siempre tenían un final feliz. En la mayoría de los casos, el tema se dejaba abierto. Pinal cerraba el episodio, o bien con una reflexión, o brindando información para ayudar a resolver el caso. Esta incluía desde teléfonos de denuncia y de instituciones de ayuda, la presencia de algún especialista en el tema y hasta retratos hablados en el caso de personas desaparecidas o delincuentes prófugos.

Muchos casos se resolvieron gracias al programa. Se encontraron personas, se reunieron familias, se atrapó a delincuentes y se brindó mucho apoyo a personas que, con recursos limitados y poca educación, podían encontrar orientación en un medio tan socorrido como la televisión. Pinal recuerda en particular el caso de una niña desaparecida en la Comarca Lagunera, en Coahuila, que fue encontrada gracias al show.

Como ya se mencionó, el show fue adaptándose al tiempo y la modernidad. Los faxes reemplazaron a las cartas y a su vez, fueron sustituidos por los correos electrónicos que la gente enviaba a la oficina del programa.

Rating asegurado en cualquier horario

Durante toda su duración, el programa tuvo muchísimos cambios de horario de emisión. Fue semanal, de lunes a viernes, sabatino, se emitió al mediodía, por la tarde, en la noche, en el canal 2 o en el canal 9 de Televisa. Pero siempre contó con altos niveles de audiencia garantizados para la televisora. Otro punto a destacar son su opening y ending, mismos que tuvieron muchos cambios década tras década. El tema de entrada más recurrente y característico se llama “Answer Me, My Love”, tema instrumental de 1983 interpretado por el director de orquesta francés Franck Pourcel. Posteriormente hubo otras versiones interpretadas por el cantante cubano Eduardo Antonio y la cantante mexicana Alejandra Guzmán.

Noble fuente de trabajo para el gremio actoral mexicano

Un aspecto a destacar es que Pinal y su programa le brindaron trabajo a muchísimos actores de la cadena Televisa. Desde jóvenes valores egresados del Centro de Educación Artística (CEA) de Televisa, hasta actores veteranos de la Época de Oro del cine mexicano. La misma Pinal llegó a actuar en varios episodios. Numerosos directores se encargaron de dirigir el programa, destacando Rafael Banquells, Raúl Araiza, Arturo Ripstein, Francisco Franco, Benjamín Cann, Alfredo Gurrola, Sergio Cataño, Adriana Barraza, Anna Silvetti y muchos más. Los argumentos fueron, por mucho tiempo, de autoría de Jorge Lozano Soriano (co-creador del concepto junto a Silvia Pinal), con adaptaciones de Carmen Daniels, Lilia Yolanda Andrade y Rosa Salazar Arenas.

Ante la popularidad que el unitario logró, a principios de los 1990s, Televisa lanzó una adaptación del programa en revista, en formato de fotonovela. Dicha versión se publicó durante un par de años.

«La madre» de todas las series unitarias mexicanas de denuncia social

Fue tal el impacto y niveles de audiencia del show, que pronto comenzaron a surgir otros formatos similares. En 2000, la cadena Televisión Azteca creó “Lo que callamos las mujeres”, programa de corte similar a “Mujer…” , producido y creado por Elisa Salinas. Este programa fue la principal “competencia” de “Mujer..”, enfrentándose en el mismo horario, dentro la llamada “Guerra de televisoras” entre Televisa y Azteca en los 1990s y 2000s”. Incluso Pinal y Televisa buscaron tomar acciones legales por plagio contra la llamada Televisora del Ajusco.

La serie obtuvo varios reconocimientos durante sus dos décadas de duración, incluyendo el Premio GLAAD, en 1999, por su representación positiva de temas de la comunidad LGBT+.

En 2006, el programa se renovó en un formato de miniserie semanal. Después de un año de emitirse en este formato, el 30 de noviembre de 2007, Televisa decide cancelar el show, ante el surgimiento de nuevos formatos como “La rosa de Guadalupe”. Con ello, llega a su fin uno de los shows más largos de la televisión mexicana. El show se ha retransmitido varias veces, principalmente en el canal de TV restringida Unicable, propiedad de Televisa. Pinal declaró en muchas ocasiones que el programa regresaría a la televisión, pero esto nunca sucedió.

«Acompáñame a ver esta triste historia…»

El programa ha llegado a alcanzar en el presente un estatus de culto. Muchos episodios de los 1980s y 1990s se consideran perdidos, pues Televisa se ha enfocado en retransmitir los episodios de la década de los 2000s. En plataformas digitales como YouTube, hay muchísimo material del programa, así como leyendas urbanas y curiosidades. Muchxs espectadorxs eran niñxs y adolescentes cuando el programa se emitía y lo miraban con sus madres o abuelas.

Ante la censura televisiva a la que el público estaba acostumbrado, muchos temas que se tocaron en el serial resultaron muy perturbadores para esta generación, que ahora los rememoran con frecuencia en las redes sociales. La misma Pinal ha sido objeto de populares memes de internet.

Los episodios más controvertidos

Uno de los episodios más recordados y buscados de la red es el llamado “Un ángel sin luz”, emitido en 1998 y que tocó el tema del tráfico de órganos en la figura de un niño que es despojado de sus córneas por traficantes.

El controvertido episodio «Un ángel sin luz» (1998).

María Prado

El episodio, protagonizado por Patricia Reyes Spíndola y Violeta Isfel, causó tal impacto, que la audiencia llamaba al programa para que lo repitieran. Hoy es muy popular en la red, pues creó toda una leyenda urbana a su alrededor, hasta que fue encontrado y subido a la plataforma YouTube en 2019.

Otro episodio muy recordado es “La muerte es vecina” (2005), que impactó por una breve escena donde se ve un cadáver descuartizado. Este episodio fue protagonizado por la actriz María Prado, una de las actrices más recurrentes y recordadas del show por sus roles de villana. En internet hay una máxima que dice:

“Sabías que el episodio iba a estar denso si salía esta señora en él”.

Otro caso de gran controversia presentado en el programa y que impactó a los televidentes es «Cruz de fuego» (1999), que relata el feminicidio de Ana Orantes, una mujer española que fue quemada viva por su marido abusador en 1997.

Existen además otros episodios que se consideran perdidos y los cuales se han convertido para los fans en una odisea el encontrarlos y compartirlos. Uno de ellos se titula «La última sonrisa». Fue emitido en 1999 y narra un caso atípico: una niña, supuestamente secuestrada y asesinada por una criatura similar a un hombre lobo. Otro más, también de temática sobrenatural, emitido en un día de muertos y titulado «Sangre contra dignidad» (1996), aún no ha sido recuperado por los seguidores de la serie.

La realidad supera a la ficción

“Mujer, casos de la vida real” es un programa clásico de la televisión mexicana. Es un buen ejemplo de que, aún con poco presupuesto, manufactura pobre y deficiencias técnicas, se pueden realizar trabajos dignos apoyados en un buen guion, una buena dirección y buenas interpretaciones. Ningún formato similar del presente llega al nivel de este programa, aunque, claro está, era un tiempo donde la televisión reinaba absolutamente en el gusto de las audiencias. El programa no ha envejecido del todo; muchas de sus historias siguen vigentes. Y es que, tristemente, la realidad supera, y por mucho, a la ficción.