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Nancy Cárdenas y su importancia en el movimiento LGBT+ en México

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Nancy Cárdenas

Manas, uno de los pesonajes claves para hablar del moviemiento LGBT+ en México es Nancy Cárdenas, ella fue una mujer mexicana, lesbiana, feminista, dramaturga, escritora, realizadora de teatro, locutora radiofónica y luchadora de los derechos humanos.

Nancy era doctora en letras, activista y maestra de arte dramático en la Facultad de Filosofía y letras de la UNAM, además fue amiga de Carlos Monsiváis, esta mujer fue un ícono de la lucha por la liberación sexual.

Nació el 29 de mayo de 1934, originaria de Coahuila pero residente de la Ciudad de México, desde joven fue reconocida por ser aguerrida, luchadora e incansable.

Escribió y adaptó varias obras de teatro como “Aquelarre”, “Cuarteto”, “Diálogos de Refugiados”, “La Dorotea”, “Las locas abuelas”, “La hiedra”, “Pedro Páramo”, “Pigmalión”, “El pozo de la soledad y Sida”, entre otras.

Fue la primera mujer en hablar abiertamente de su orientación sexual en televisión nacional. Sí, ella fue invitada en 1973 al programa 24 horas de Jacobo Zabludovsky para hablar de los derechos de la comunidad homosexual en México y ahí mismo confesó ser lesbiana.

En el noticiero 24 Horas, conducido por Jacobo Zabludovsky. En el guión, lo único relacionado con la homosexualidad era el hecho de que una tienda departamental había despedido a un empleado por ser gay. Sin embargo, ese tema fue el detonante para que Nancy Cárdenas se apoderara de la atención y con ella en sus manos hizo público su lesbianismo y defendió la homosexualidad a nivel nacional.

Ese momento histórico cimbró el país e hizo que en la gente despertara la incomodidad y la tolerancia, incluso una ventana hacia las diversas formas de amar, pues en una sociedad heteronormada eso era inconcebible.

Desde entonces ya se enfrentaba a peleas, apedradas, insultos, rechazo y actos de represión contra su orientación, pero siempre le hizo frente. Carlos Monsiváis decía de ella que “valiente y arriesgada no sólo en el amor”.

Se refería a ella como una mujer que siempre estuvo en búsqueda y lucha de sus derechos sexuales y refería que fue una gran activista, defensora de los derechos humanos y civiles, sin importarle nada más que la lucha.

Esa lucha era por aquellos homosexuales que desde entonces ya se enfrentaban a la homofobia, la agresión, violencia, crímenes de odio e incesante desprecio.

Es por ello que en 1975 escribió junto a Monsiváis el primer manifiesto en defensa de los homosexuales en México en el que se puede leer lo siguiente:

“En Mexico, la homosexualidad no constituye delito cuando se da en privado y entre adultos consensuales. De ahí se deriva que es posible acusar a una persona de violacion o corrupción, mas no de ser homosexual, como no se le puede “acusar” de ser rubio, alto, zurdo o guapo, condiciones tal vez menos frecuentes que la de homosexual”, señala el texto.

Ya para el 2 de octubre de 1978, durante la marcha de la matanza de Tlatelolco, esta mujer tomó el liderazgo de primer marcha del orgullo gay en la plaza de las tres culturas.

Al año siguiente, en 1979, teniendo como antecedente lo hecho por Cárdenas, se llevó a cabo la primer Marcha del movimiento lésbico-gay en la Ciudad de México, en donde participaron cerca de mil personas.

Su personalidad fuerte, atrevida y de carácter le dibujó a la minoría homosexual la posibilidad de un futuro en el que la lucha por sus derechos sexuales y humanos podrían ser más que un imaginario colectivo de la libertad sexual y el libre ser.

Su legado fue la idea de libertad, el paso que nadie más se atrevió a dar, la lucha que nadie más quiso liderar en nombre de los que no tenían voz o de los que pensaban que no se podría.

Ella fue la que le dio vida al primer movimiento lésbico-gay, una mujer descrita como “fuego”, como “valiente”, a la que no le tembló la voz ni las manos para exigir lo que por derecho le correspondía a ella y a todos los homosexuales: una vida digna, en la que pudieran ser libres de ser quienes eran y amar a quien amaran.

Hijas, Nancy Cárdenas murió a causa de cáncer de mama a la edad de 59 años el 23 de marzo de 1994, el mismo día que mataron a Colosio, pero ella nunca perdió la batalla por sus derechos, al contrario, su victoria es hasta ahora, el estandarte colorido que abraza a una comunidad todavía vulnerada pero fuerte, que celebra en la Marcha del Orgullo los avances, los logros y la constante batalla por sus derechos.