La activista trans y trabajadora sexual Natalia Lane publicó un video donde declara estar cansada y necesitar un descanso de los activismos.
La madrugada del 26 de junio, la activista trans y trabajadora sexual Natalia Lane, subió un video a su canal de Youtube para hablar sobre su salud mental, y lo exhausta que se encuentra del activismo LGBT+, así como lo complicado y doloroso que ha sido su proceso, luego del intento de transfeminicidio que vivió a principios de año.
«Estoy cansada, estoy cansada de los activismos LGBT+. Sin duda hay muchas cosas que tenemos que hablar, hay muchas conversaciones pendientes», declara en la apertura del video.
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«Para mí era muy importante que las sobrevivientes, las mujeres trans que hemos sobrevivido a una violencia sistemática fueran escuchadas por la jefa de Gobierno porque es su obligación y su responsabilidad escuchar a las víctimas», declara.
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Natalia declara sentir coraje y frustración por no haber podido compartir las denuncias sobre las problemáticas que aquejan, vulneran y violentan a las mujeres diversas, así como a las personas disidentes en la Ciudad de México.
«Duele, duele mucho el <activistómetro>, porque nos hace sentir que no somos suficientes, que no somos suficientemente disruptivas, que no somos suficientemente transgresoras, que no damos más y más y más. Y entonces, una se queda con ésta sensación de que una puede dar más, aunque ya no puedas, y es muy desgastante, y muy cansado», agrega visiblemente afectada por la situación.
Natalia declara que compartir todo eso se debe también al intento de transfeminicidio que sufrió, agregando que el proceso la ha rebasado, y declarado sentirse cansada y «asqueada de los protagonismos».
«Les comparto todo esto porque, he decidido, con todo el dolor de mi corazón, retirarme de los activismos»…«El activismo me ha hecho mucho daño, me ha mermado mi salud mental, mi salud física, he antepuesto muchas cosas pensando que todo esto tiene sentido, pero la verdad es que no puedo…no me puedo sostener ni a mí misma», declara.
Además, hace el llamado a la priorización del autocuidado de todas las personas defensoras de derechos humanos. Llama a cuidar nuestro cuerpo, «nuestro primer territorio de defensa». El cual «hay que cuidarlo, apapacharlo, ponerlo al centro, saber escuchar sus dolores».
Desea que exista un futuro donde nadie más tenga que pasar por una situación como la que ella ha pasado. Y concluye con que necesita alejarse por algún tiempo, pues necesita descansar.