Una supuesta representación de un pasaje bíblico en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024, desató una ola de LGBT+fobia en medios y redes sociales.
Está de veras de no creerse hijxs. Habiendo mil y un temas mucho más importantes que tratar, y la gente hace un drama por un simple performance. Esto sucedió en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024.
¡Y lo peor! Es se trata de un evento en el que, además del deporte, se celebra la amistad, la fraternidad, el respeto y la diversidad del mundo. Pues no manas. Hay gente con un criterio muy estrecho que no le permite ver más allá de sus prejuicios e ideas infundadas.
El performance
Para ponerlxs brevemente en contexto hijxs, resulta que, en medio de los muchos performances que se presentaron en el evento, y que honraban la Historia y la cultura de Francia, apareció uno con un grupo de artistas LGBT+, entre ellxs varixs drags, representando el cuadro «La Fiesta de los Dioses», del artista neerlandés Jan Harmensz van Bijlert.
¡Cállense manas! ¿Qué les cuento? Se armó un mitote. ¿En dónde más?, Pues en el arrabal llamado ahora X. Allí, personas ultraconservadoras y cristianos muy «ortodoxos», tomaron como ofensa el performance. Esto, debido a que, su ignorancia les llevó a malinterpretar el performance como una “ridiculización de La Última Cena”.
La Última Cena representada en diversos medios
No es «La Última Cena». Eso lo dejó muy claro el productor del evento, Thomas Jolly. Y en caso de que lo fuera, esta es una representación de un pasaje bíblico, NO es una imagen religiosa que sea objeto de culto. Pero cada quién sabe ante quién «se hinca».
¿El problema fue la supuesta representación «ofensiva»? ¡Por supuesto que no! Muchísimas películas, series animadas y otros performances han realizado una suerte de sátiras de este evento de la historia sagrada del cristianismo. Desde los Looney Tunes, pasando por «The Simpsons» o «South Park».
¿Y se enojan los ultraconservadores? ¡No! El «problema» aquí es que eran artistas de la comunidad LGBT+. Eso es lo que les dio «picazón». Fue un pretexto ideal para sacar a relucir la homofobia, transfobia, lesbofobia o «Body shaming» (porque se burlaron del físico de la DJ Bárbara Butch, quién participó en el performance). Hasta temas tan delicados sacaron a relucir, como la pedofilia, ya que había algunxs niñxs en los diversos performances del desfile. ¡Hasta varixs en su afán de criticar se «volaron la bard»! Dijeron que un artista del performance tenía un testículo de fuera. ¡Era una media rota perversos!
La Iglesia Católica se asoma al tema
Incluso, la Conferencia Episcopal de Francia reprobó la representación llevada a cabo durante la ceremonia inaugural de las olimpiadas a través de un comunicado que dice así:
“Desgraciadamente, esta ceremonia, ha incluido escenas de escarnio y burla del cristianismo, que deploramos profundamente”.
Efectivamente, «La Última Cena» (popularizada pictóricamente por el artista Leonardo da Vinci, quién por cierto, era gay) y la «Fiesta de los Dioses», de Jan Harmensz van Bijlert tienen cierta similitud. Pero este último cuadro representa al dios Baco (dios del vino y el placer), departiendo con otras deidades del panteón grecorromano. ¡Primero investiguen antes de «postear». ¡Qué oso!
La cosa es que hasta el Comité Olímpico Internacional tuvo que emitir una disculpa por el argüende que se armó. Pero pues la ceremonia ya se llevó a cabo, ya quedó en la Historia, estuvo divina y aquí bien vale decir fuerte y conciso:
¡Y LA QUESO!
