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Representación gay en el Cine mexicano

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El acervo fílmico mexicano que aborda la homosexualidad masculina es bastante robusto. Aquí te presentamos una revisión general sobre la antología de filmes con temática gay de la cinematografía mexicana.

Luis Miguel Romero
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Ya en un artículo previo se abordó la representación lésbica en la historia de la cinematografía mexicana. Sin más preámbulo, es momento de echar un vistazo a la representación de la homosexualidad masculina.

Los albores del cine

La primera cinta mexicana que tocó el tema de la homosexualidad fue “La casa del ogro” (Fernando de Fuentes, 1938). Basada en una novela de Emile Zolá, la cinta aborda mundanos temas citadinos. Fue protagonizada por Fernando Soler, y en la cinta aparece “Don Pedrito”, interpretado por el actor Manuel Tamés. Se trata un hombre maduro homosexual con todos los estereotipos y clichés caricaturescos comunes en la época para representar a un hombre gay en la ficción.

La Época de Oro del Cine mexicano

Ya en pleno auge de la llamada Época de Oro del Cine mexicano, se filma “Me ha besado un hombre” (Julián Soler, 1944). La cinta narra la historia de una muchacha que se hace pasar por un hombre y termina seduciendo al más «macho de los machos», haciéndolo dudar de su «hombría». Un argumento muy gastado pero muy efectivo, pues ha generado varias versiones. La versión original fue estelarizada por María Elena Marqués y Abel Salazar.

A esta le siguieron los remakes “Yo soy muy macho” (José Díaz Morales, 1953), con Silvia Pinal y Miguel Torruco; “Me ha gustado un hombre” (Gilberto Martínez Solares, 1962), con Tere Velázquez y Julio Alemán, y “Quisiera ser hombre” (Abel Salazar, 1989), con Lucero y Guillermo Capetillo.

En 1950 se estrena la cinta “¿Qué te ha dado esa mujer?”, de Ismael Rodríguez, secuela de la popular cinta “A toda máquina” (1950). Fue protagonizada por los idolatrados Pedro Infante y Luis Aguilar. Ellos interpretan a una pareja de agentes de tránsito que comparten una amistad muy peculiar y un raro pacto de permanecer solteros. Esta cinta es exhibida en la actualidad en muchos festivales de cine LGBT+ en el mundo. Su propio director, Ismael Rodríguez, afirmó que había tintes homosexuales en la amistad de los protagonistas. Pero decir esto a algunos “machos” fans de Pedro Infante, es casi sacrílego.

Pedro Infante & Luis Aguilar en «¿Qué te ha dado esa mujer?» (1950).

Los 1960s y 1970s

Ya en la década de los 1960s, el tema LGBT+ va tomando fuerza en los argumentos de las películas mexicanas. La cinta “Modisto de señoras” (René Cardona Jr., 1969), forma parte de la serie de películas picarescas protagonizadas por el mítico galán del cine mexicano Mauricio Garcés. Aquí, Garcés encarna a un hombre que se hace pasar por un modisto homosexual llamado “D’Maurice”. Esta situación lo mete en una serie de líos de faldas…y de pantalones, pues en su farsa también despierta el interés de varios caballeros. En 2016, se hizo una versión moderna de esta cinta titulada “Macho”, estelarizada por Miguel Rodarte donde, a diferencia de la primera, se explora más en la ambigüedad sexual del protagonista.

En 1970 se estrena la cinta “Tres noches de locura”, de José María Fernández Unsáin. Se trata de una antología de tres películas que protagonizan Maricruz Olivier, Fanny Cano y Jacqueline Andere. En el segmento protagonizado por Andere, la actriz interpreta a una mujer que pierde la razón tras ser plantada en el altar por su novio, interpretado por Enrique Álvarez Félix. Este huye al no poder esconder su evidente homosexualidad (en la realidad y en la ficción).

En 1971 se estrena “La primavera de los escorpiones”, dirigida por Francisco del Villar.  En ella, Isela Vega encarna a una disipada actriz de cine que termina enredándose en un triángulo amoroso con una pareja gay encarnada por Enrique Álvarez Félix y Milton Rodrígues. Esta historia concluye en una terrible tragedia. Tal vez parte de la polémica que generó la cinta, surge de ver a Enrique Álvarez Félix en un personaje abiertamente homosexual. Esto dados los rumores que siempre existieron en torno a la vida privada del actor.

Milton Rodrígues & Enrique Álvarez Félix en «La primavera de los escorpiones» (1971).

La siguiente cinta que abordó la homosexualidad masculina en la cinematografía nacional fue “Fin de fiesta” (Mauricio Wallerstein, 1972). La historia gira en torno a un respetado aristócrata encarnado por José Gálvez y el trágico asesinato de su amante masculino, todo en medio de una fiesta de jóvenes aristócratas.  En medio de una singular galería de personajes, aparece “Doña Beatriz” (Sara García), la dulce madre del protagonista, figura crucial en la trama.

Tal vez la cinta de temática LGBT+ más icónica de México es “El lugar sin límites” (Arturo Ripstein, 1978). Esta cinta nos regaló a un personaje entrañable: “La Manuela”, encarnada por Roberto Cobo. “La Manuela” es un travesti que trabaja en un cabaret y que termina levantando la pasión de un típico machito arrogante y mujeriego (encarnado por Gonzalo Vega). La cinta pasa a la historia, pues nos regala el primer beso gay en la historia del cine mexicano.

Roberto Cobo & Gonzálo Vega en "El lugar sin límites" (1978).
Roberto Cobo & Gonzálo Vega en «El lugar sin límites» (1978).

 

Los 1980s y 1990s

Otra obra cumbre del cine LGBT+ mexicano es ‘‘Doña Herlinda y su hijo” (1984). La cinta fue dirigida por Jaime Humberto Hermosillo, el «Padre del Cine LGBT+ mexicano». La historia nos lleva a Guadalajara, donde vemos una historia de amor homosexual entre dos hombres. Esta es muy bien “disimulada” ante la rígida y conservadora sociedad tapatía por «Doña Herlinda», madre de uno de los protagonistas.

En 1986 se estrena ‘’El hombre de la mandolina”, de Gonzalo Martínez Ortega. Historia ambientada en la década de los 1950s en la que “Doña Fina” (Rosita Quintana), descubre que su hijo es homosexual. Esto se convertirá en el derrumbe de la vida de la mujer, negándose a aceptar la naturaleza de su hijo por prejuicios y temores absurdos.

Una de las películas mexicanas de mayor reconocimiento en el extranjero es “El callejón de los milagros” (Jorge Fons, 1995). La cinta se divide en tres historias principales. Una de ellas es la de “Don Rutilio” (Ernesto Gómez Cruz), un pater familis mexicano, machista y de edad madura, que decide sacar a flote su homosexualidad reprimida sin importarle las críticas y comentarios de la gente.

“Dulces compañías” (1996), es una cinta dirigida por Óscar Blancarte. La película, del género de suspenso, narra las aventuras de un trabajador sexual, quién resulta ser un asesino serial (Ramiro Huerta). Su primera aventura ocurre con una maestra deseosa de pasión y compañía masculina (Ana Martin). La segunda, y más dramática, es su encuentro con un hombre homosexual de edad madura (Roberto Cobo).

Los 2000s y 2010s

En 2001, los “charolastras” Gael García Bernal y Diego Luna, protagonizan “Y tu mamá también”, de Alfonso Cuarón. La cinta narra una farra de antología que se montan dos jóvenes amigos. En medio de una aventura que incluye sexo, drogas y rock n’ roll, los dos amigos terminarán brindándose cariño el uno al otro. Así, terminan regalándonos uno de los besos más comentados del cine mexicano.

Diego Luna & Gael García Bernal en «Y tu mamá también» (2001).

En épocas más recientes, el cine mexicano ha abordado la homosexualidad masculina de una forma más recurrente. Ejemplo de ellos son cintas como “El cielo dividido” (Julián Hernández, 2006), filme que narra un fatídico romance entre una pareja de jóvenes homosexuales.

Mención especial merece “La otra familia” (Gustavo Loza, 2011), en la que Jorge Salinas y Luis Roberto Guzmán, encarnan a una pareja gay que atraviesa un gran desafío el día que un niño llega a sus vidas. El niño es abandonado por una madre en adicciones y la pareja decide adoptarlo, comenzando a vivir como una familia feliz. El drama llega cuando la madre reaparece para reclamar a su hijo, ofreciéndole un futuro completamente opuesto al que le plantea la pareja. La sociedad, el gobierno y los prejuicios, interfieren en la estabilidad y felicidad del niño.

Jorge Salinas & Luis Roberto Guzmán en «La otra familia» (2011).

En “Cuatro lunas” (Sergio Tovar Velarde, 2014), el amor homosexual es visto desde cuatro ángulos distintos. Primero, el de un joven que comienza a descubrir y vivir su despertar homoerótico. El segundo, el de una joven pareja de amigos de la infancia que descubren su amor tras reencontrase años después. El tercero, el de una pareja adulta con una larga relación que comienza a sufrir el desgaste en la misma. Y el cuarto, el de un hombre maduro que disfruta su homosexualidad de manera tardía a través del sexoservicio.

Alejandro de la Madrid & Antonio Velázquez en «Cuatro lunas» (2014).

En 2015 se estrena “Te prometo anarquía”, de Julio Hernández Cordón. En medio de conflictos de calle y problemas con la mafia del mercado negro, la cinta aborda el surgimiento de una relación amorosa entre “Miguel” y “Johnny”, dos jóvenes pertenecientes a la tribu urbana de los skaters.

Del mismo año es la cinta “Eisenstein en Guanajuato”, de Peter Greenaway. La película es coproducida entre México y varios países europeos y cuenta el paso del célebre cineasta soviético Sergei Eisenstein en México mientras filmaba la cinta “¡Que viva México!” (1931). En el país azteca, el cineasta vivirá su despertar homoerótico y unas aventuras y placeres que nunca había disfrutado en otros sitios.

El cine contemporáneo

En 2020 se estrena la cinta “El baile de los 41”, de David Pablos. La película aborda, de manera ficcionada, la vida de Ignacio de la Torre y Mier, político de principios del siglo XX y yerno del dictador Porfirio Díaz. La homosexualidad de Nachito era un tabú, mismo que se salió de control tras su participación en “El baile de los 41”. Este evento fue una fiesta de hombres homosexuales que fue descubierta por las autoridades y provocó un escándalo en la sociedad de la época.

Emiliano Zurita & Alfonso Herrera en «El baile de los 41» (2020).

Quizá por allí aún faltan algunas otras cintas de temática gay que han enriquecido la cinematografía mexicana, pero por ahora, rescatamos algunas de las más destacadas. El valor de estas películas radica en la visibilidad que han dado a la diversidad sexual, desde diversas perspectivas, mismas que ayudan a sensibilizar la diversidad sexual en los espectadores.

 

Si en algo han contribuido estas películas para aportar un granito de arena en la lucha por el respeto y dignificación de la comunidad LGBT+ mexicana ¡Enhorabuena! Y lo mejor está por venir.