En 1992, David Kirby, un hombre gay en fase terminal por el SIDA, fue la imagen de polémica campaña que cambió para siempre la perspectiva del público sobre esta pandemia.
Luis Miguel Romero
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En 1992, la compañía de ropa United Colors of Benetton lanzó una campaña publicitaria mundial en la que mostraba a David Kirby, un activista estadounidense homosexual, agonizado en una cama en compañía de su familia a causa del SIDA.
Esta campaña fue realizada por la empresa con la finalidad de concientizar a la población sobre lo devastador de la epidemia del VIH / SIDA y la cruel e injusta estigmatización de la comunidad homosexual a causa de esta terrible pandemia.
¿Quién era David Kirby?
David L. Kirby nació en Ohio, Estados Unidos, el 6 de diciembre de 1957. David era homosexual. Su orientación lo mantuvo alejado de su familia.
Vivía y realizaba activismo social en California. A fines de los 1980s, descubrió que tenía el virus del VIH y que, inevitablemente, había desarrollado SIDA.
En esa época, en plena crisis mundial por la enfermedad, no existían los conocimientos que tenemos ahora sobre el virus y su tratamiento.
Al saber que la muerte era inevitable, David contactó a su familia y les pidió volver a Ohio. Quería estar cerca de ellos cuando llegara su momento final.
Su familia lo recibió con los brazos abiertos. Fue un caso muy excepcional, pues muchas personas que desarrollan el SIDA encuentran el rechazo, el abandono y el ostracismo de parte de su familia.
David llegó a Ohio y primero estuvo en un hospital local, donde él y su familia vivieron en carne propia la ignorancia del mismo personal médico del lugar. Estos trataban a David con una mezcla de temor y repudio y ni siquiera le permitían tomar entre sus manos la hoja del menú de la comida.
Fue entonces cuando decidieron llevarlo a Pater Noster House, una casa de asistencia ubicada en Columbus, Ohio para personas con VIH / SIDA.
Allí David y su familia conocieron a Patrick Church, alias Peta. Peta era un voluntario que ayudaba en esa institución. Era mitad caucásico y mitad nativo americano.
Hoy en día, lo definiríamos como una persona no binarie, pues su imagen y personalidad oscilaba entre ambos sexos. Pero en ese momento el término y definición correcta para esta manifestación de la diversidad sexual, no se utilizaba.
Peta cuidaba dedicadamente de David y de otros enfermos y al mismo tiempo era cliente del lugar, pues tenía VIH.
Allí también trabajaba como voluntaria Therese Frare, una joven fotógrafa que realizaba un posgrado en la Universidad de Ohio.
Muchos de los residentes de la casa de asistencia le permitían a Therese fotografiarlos, incluyendo a David, quién se encontraba al cuidado de Peta y era visitado frecuentemente por sus padres, Kay y Bill. Ellos también hacían labor de voluntariado.
La única condición que David puso para ser fotografiado es que no se lucrara con sus imágenes.
La historia detrás de la fotografía
En 1990, David se encontraba en la fase terminal de la enfermedad. El 5 de mayo de ese año, David falleció en compañía de sus padres, su hermana, su sobrina, Peta y de Therese, a quién se le invitó a retratar los últimos instantes de la vida de David.
Tanto David como sus familiares querían que Therese utilizara las fotos para una buena causa, para ayudar a concientizar a la población sobre la pandemia de VIH / SIDA y acabar con los prejuicios y señalamientos para la comunidad homosexual. Era un momento en que el VIH / SIDA era ya la mayor causa de muerte entre hombres entre 20 y 45 años.
Cabe señalar que Therese jamás ha recibido una sola regalía por la fotografía de David. En 1991, Therese permitió su publicación en la revista “Life”.
Es una imagen realmente conmovedora en la que se aprecia a David siendo sostenido en brazos por su padre mientras su hermana y su sobrina le miran sentadas en su cama y Peta le sostiene las manos. La imagen de David y su familia recuerda un poco a Jesucristo en su pasión y muerte.
La imagen tuvo un impacto enorme en los Estados Unidos. Y es que muchas personas sólo conocían a grosso modo sobre el SIDA y sus efectos.
La imagen mostró a una víctima de la enfermedad en toda su realidad. También ayudó a sensibilizar parte de la población con el dolor de la familia al perder a su ser querido.
Obviamente los grupos detractores no tardaron en levantar la voz. “Life” recibió quejas sobre la naturaleza gráfica de la imagen. Aún así, se cumplió con parte del efecto esperado. La foto ganó el 2º premio en el concurso World Press Photo General News de 1991.
«La imagen que cambió la cara del SIDA»
En 1992, la empresa de ropa United Colors of Benetton contactó a Therese y a la familia de David para utilizar la imagen en una campaña publicitaria.
El fotógrafo de Benetton, Oliviero Toscani y Tibor Kalman, editor de la revista “Colors”, solicitaron a la ilustradora Ann Rhoney retocar la fotografía para ser utilizada en la campaña publicitaria.
La imagen fue coloreada, pues se quería que fuera más realista y causara un impacto aún mayor. El objetivo de Benetton era similar al de la revista “Life”: crear conciencia a nivel mundial sobre la pandemia del VIH /SIDA y lograr que la población empatizar un poco más. El gancho de la publicidad fue un pretexto perfecto.
La campaña se lanzó en “Pietá”, una publicación dedicada a concienciar sobre el SIDA.
El objetivo se cumplió y se superó. La campaña causó revuelo internacional. Por supuesto también levantó ámpulas. Grupos católicos protestaron enérgicamente alegando que la imagen de David y su familia se burlaba de la imagen de la Virgen María acunando a Jesús después de que este fuera crucificado.
La Terrence Higgings Trust, organización benéfica británica que apoya a enfermos de SIDA, pidió que el anuncio fuera retirado y prohibido por ser ofensivo y poco ético.
Revistas de moda como “Elle”, “Vogue” y “Marie Claire” se negaron a publicarlo. Hasta periódicos como el “Sunday Times” de Londres, se unieron a una campaña que pedía el boicot a Benetton.
No obstante, la familia de David tenía una opinión muy diferente. Bill, su padre, declaró que no sentía que Benetton lucrara con ellos. Por el contrario, el sentía que a través de Benetton habían logrado enviar un mensaje muy positivo y le dijo a Therese Frare:
“Benetton no nos está utilizando, somos nosotros los que utilizamos a Benetton. Gracias a ellos, todo el mundo ha visto tu foto, y eso es exactamente lo que David quería”.
La campaña obtuvo diversos premios, como el de los Directores de Arte Europeos para la Mejor campaña publicitaria de 1991 y el Premio fotográfico Infinity del Houston International Center.
La impresión fue exhibida en museos de todo el mundo. En 2003, la foto del spot publicitario se incluyó en la colección de la revista “Life” “100 fotos que cambiaron el mundo”.
Therese Frare siguió trabajando y haciendo fotos en Pater Noster House. Peta, le cuidadore de David, también desarrolló el SIDA a principios de 1992.
Los Kirby le cuidaron de la misma manera que Peta había cuidado a David en los últimos meses de su vida. Falleció en el otoño de 1992.
En la actualidad, la percepción sobre el VIH / SIDA ha cambiado mucho, aunque todavía hay un largo camino por recorrer.
Para cerrar este artículo, vale citar las palabras de Barb Cordle, directora de Pater Noster House cuando David Kirby estuvo allí:
“Esa foto hizo más para suavizar los corazones de las personas respecto al SIDA que cualquier otra que haya visto. No se puede mirar esa imagen y odiar a una persona con SIDA. Simplemente, no se puede”.