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Rostros LGBT+: Pablo Leder

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Recordando la vida y carrera de Pablo Leder, actor, director, productor y dramaturgo. Figura clave en la evolución del teatro mexicano. 

Luis Miguel Romero
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Hace más de cuarenta años, en pleno auge del «destape» y la Revolución Sexual, el teatro mexicano vivió un momento muy singular. La censura había cedido y esto permitió abordar otro tipo de temas en los escenarios. En su momento, fueron montajes señalados como escandalosos, pero cumplieron su objetivo principal de llenar las localidades. Además, le dieron una legitimidad singular al teatro mexicano resaltando el hecho de que había ofertas para todxs.

Y justamente una figura clave en esta revolución y despertar que vivió el teatro nacional fue el Maestro Pablo Leder. Aquí, un breve recorrido por su vida y fascinante obra.

Discípulo prodigio de Jodorowsky

Pablo Elías Fastag Lader nació el 22 de junio de 1942 en Santa Rosalía, Baja California Sur, México. Descendía de una familia de origen judío polaco que llegó a México escapando de la persecución nazi en la Segunda Guerra Mundial. Más adelante, se instaló con su familia en la Ciudad de México.

En 1960 comienza a estudiar actuación en el Instituto Andrés Soler de la Asociación Nacional de Actores (ANDA). Pablo destacó muchísimo entre su generación gracias a sus enormes dotes artísticas. Precisamente su profesor de pantomima era ni más ni menos que el actor, director, productor, músico, guionista, dramaturgo y psicomago Alejandro Jodorowsky. Pablo se convierte en uno de los más destacados alumnos de Jodorowsky y comienza a trabajar con él en algunos montajes teatrales. El primero fue «Chin, Chin, los monstruos se convierten en alcohol».

Después de realizar algunos otros trabajos semi-profesionales de la mano de Jodorowsky, Pablo finalmente tiene la oportunidad de actuar en «El juego que todos jugamos», una de las obras teatrales más aclamadas de Jodorowsky. Eventualmente actuó en «La ópera del orden», montaje teatral especialmente recordado, pues en una ocasión, Pablo y otros actores, que aparecían caracterizados como mujer en el montaje, fueron agredidos en Puebla y perseguidos por el gobierno por participar en «una obra de afeminados y travestis”.

Faceta como cineasta

Pablo en «La Montaña Sagrada» (1972).

Pablo pasará a convertirse en brazo derecho de Jodorowsky en muchos de sus proyectos, tanto teatrales como cinematográficos. Debutó como actor en cine en la ópera prima de Jodorowsky, «Fando y Lis» (1968). En 1969, también asistió a su maestro en el rodaje de la cinta «El Topo».

En 1971, Pablo tuvo la oportunidad de dirigir cine por primera y única ocasión. Fue el encargado de dirigir el segmento «Una cena de Navidad más como cada año en casa de una familia feliz como tantas familias», de la controvertida cinta «Pubertinaje», co-dirigida junto a José Antonio Alcaráz.

La película fue atacada por la censura al abordar temas tabú (como el incesto). Tuvo un estreno muy pobre y luego desapareció misteriosamente. Hasta la fecha, la película sigue prohibida en México, y nadie ha podido rescatarla.

En 1972, Pablo asistió de nuevo a Jodorowsky en la filmación de la cinta «La montaña sagrada». En 1975, Pablo también fungió como asistente de producción de la cinta «¿No oyes ladrar a los perros?», de François Reichenbach.

En 1987, trabajó como asistente de dirección de Luis Mandoki en la película «Gaby: Una historia verdadera» (1987), y de nuevo asistió a Jodorowsky en la cinta «Santa sangre» (1989).

La televisión no le trató muy bien. En 1982, el productor Valentín Pimstein le invitó a dirigir la telenovela «Vanessa», protagonizada por Lucía Méndez. Pero al final, Pablo no fue aceptado. La televisora le marginó por las “obras atrevidas” que dirigía en teatro.

Entre Jodorowsky y «La Tigresa»

En 1973, Pablo participó, como asistente de la maestra Maricela Lara, en el montaje de la célebre producción teatral «Naná», basada en la novela homónima de Emile Zola, protagonizada por la polémica actriz y cantante Irma Serrano “La Tigresa” en el Teatro Fru Frú de la capital mexicana.

El montaje (considerado como pornográfico en la época), se mantuvo cuatro años en cartelera.

En 1977, Pablo fue el responsable de que Alejandro Jodorowsky e Irma Serrano intentaran trabajar juntos en el montaje teatral «Lucrecia Borgia». Aquello fue un desastre. “La Tigresa” y Jodorowsky terminaron enemistados y cada quién terminó por dirigir su propia versión de la obra (que se estrenaron el mismo día, a la misma hora y en teatros ubicados en la misma calle). La ganadora fue “La Tigresa”, que mantuvo el montaje en cartelera por cuatro años; el de Jodorowsky solo duró seis meses.

«Teatro a la Medianoche»

Eventualmente, Pablo se convierte en productor de cabecera de los montajes teatrales de “La Tigresa” en el Fru Frú. Fue él quien creó el concepto de «Teatro a la Medianoche». Este concepto consistía en obras teatrales de temáticas controvertidas (y muchos desnudos femeninos y masculinos) representadas en el Teatro Fru Frú. Algunos de estos montajes fueron protagonizados por “La Tigresa”.

De estas obras destacan «Yocasta Reina» (1978), «La guerra de las piernas cruzadas» (1979), «A calzón amarrado» (1980), «Emanuele en vivo» (1981), «Reclusorio para señoritas» (1982), «Emanuele de ultratumba» (1983) y «Las Emanuele» (1984), entre otras más.

En «Las Emanuele», Isela Vega e Irma Serrano, las protagonistas del montaje, fueron a dar a prisión por unas horas cuando la obra se representó en el teatro Million Dollar de Los Ángeles, California.

En 1981, Pablo también fue el responsable del guion de la película «El sexo sentido», del género de las Sexycomedias mexicanas.

Pablo con Irma Serrano «La Tigresa» & Ninón Sevilla.

Sus últimos proyectos profesionales

Durante los 1990s, Pablo dirigió, escribió y produjo casi una treintena de montajes teatrales. De estos destacan «Fellatio» (1990), con Eugenio Derbez; «La ronda de las arpías» (1991), con Helena Rojo y Rosita Quintana; «Mi amigo es una dama» (1994), con Sonia Infante; «Sugar ’95» (1995), con Itatí Cantoral; «Drácula» (1998), con Alejandro Camacho; «Pecado en la Isla de las Cabras» (2000), de nuevo con Camacho; «Me enamoré de una bruja» (2003), con Sergio Goyri; «Retrato de una artista desempleada» (2004), con Rebecca Jones; «La Martha con ¿Votas?», con Raquel Pankowsky, y «La Primera Madame» (2017), con Jessica Muriel, entre otras más. La última obra en la que Pablo colaboró fue «Laika: Una muñeca fantástica» (2017).

En sus últimos años, Pablo también se dedicó a promocionar eventos culturales y a impartir conferencias motivacionales enfocadas en la equidad de género, la violencia intrafamiliar, el manejo de emociones y la autoestima, varios de ellos con la participación de figuras como Rebecca Jones y Angélica Aragón.

En 2013, la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM), le otorgó el Premio Caridad Bravo Adams por su destacada trayectoria.

«Hubo una vez…antes del SIDA»

En 2017, Pablo lanzó a la venta el libro «¡Hubo una vez…antes del SIDA!». Pablo, que era abiertamente homosexual, relata en las páginas del libro, la clandestina, inescrutable, misteriosa, sórdida y deliciosa vida que debía llevar la comunidad LGBT+ de los años 1950s, a principios de los 1970s en México, antes de la llamada Revolución Sexual.

Desde los lugares de encuentros sexuales clandestinos (como cines o baños públicos), hasta las primeras operaciones de reasignación de sexo en México. Esto, pasando además por la prostitución en las calles de la capital mexicana, el argot gay de la época, la misteriosa travesti Xóchitl en sus inicios, algunas celebridades de la sub-cultura LGBT+ de la época y mucho, mucho material más.

Pablo también vivió en Francia en los años 1970s y relata el abismo que se vivía entre Europa y América Latina en temas de libertad sexual. El libro se vendió a través de su página oficial, en Facebook y en la librería El Armario Abierto. El prólogo del libro corre a cargo del mismísimo Jodorowsky.

Su legado y el libro inconcluso

El maestro Pablo Leder falleció el 1 de noviembre de 2019, a los 77 años de edad.

En sus últimos años, Pablo aún se mantenía activo en redes sociales y compartía muchas anécdotas y recortes de revistas y periódicos de sus obras y otras aventuras. Esto, a pesar de los problemas visuales que le afectaban desde tiempo atrás.

Al momento de su muerte, Pablo se encontraba preparando un libro sobre sus vivencias y anécdotas en el mundo del espectáculo. Específicamente, el libro abordaría aquellas que vivió en el Teatro Fru Frú, donde Pablo afirmaba haber vivido episodios sobrenaturales con el supuesto maniquí que, se dice, habitaba a un ser demoníaco que «custodiaba» dicho recinto teatral.

Gracias al Maestro Pablo Leder por su gran aportación al mundo de la cultura y el arte en México. Y también se le honra desde aquí como un protagonista más de la fabulosa y bulliciosa historia del colectivo LGBT+ mexicano.
LECTURA SUGERIDA:

*Pablo Leder: “Hubo una vez…antes del SIDA”, México, 2017.