¿Alguna vez has pensado en cómo se vería una de las aplicaciones más populares de citas si hubiera existido en los años 80? No te lo preguntes más.
En primer lugar, te habrías registrado a través de correo postal.
Y luego hubieras utilizado el disquete de Tinder para instalar el programa en tu computadora.
En vez de arrastrar hacia la izquierda, hubieras tenido que pulsar simplemente X para enviar los perfiles a la basura.
Esto es lo que hubiera aparecido si tú eras compatible con alguien especial.
Y así es como te habrías comunicado si tenías el suficiente valor para mandarle un mensaje a tu pareja ~perfecta~.