El caso de Nelly García, uno de los crímenes más aterradores de los últimos tiempos en Poza Rica, sigue estando impune a un mes de los hechos. Fue en la madrugada del 28 de diciembre cuando a Nelly, mujer trans, fue torturada y asesinada.
Hasta el momento, la FGE no tiene idea de quién es el asesino y los colectivos de la comunidad LGBT acusan que el fiscal del caso está de vacaciones.
El crimen de odio contra Nelly fue verdaderamente atroz. No conforme con haberla herido, el individuo le mutiló varias partes del cuerpo. El cadáver fue hallado debajo de la cama horas después de que el sujeto se fue; la mujer fue hallada sin vida y con lesiones en todo el cuerpo. Incluso se llegó a pensar que le habían extraído órganos, más tarde se confirmó que no había sido así.
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Expertos forenses de la FGE de Veracruz, declararon al diario Vanguardia que todo parece indicar que el victimario podría ser alguien con traumas o que ocultaba sus sentimientos o deseos sexuales y -seguramente- luego de tener intimidad con Nelly se sintió culpable y decidió matarla.
“Generalmente, tras este tipo de actos hay un ser que tiene problemas mentales, que esta reprimido, o que no se acepta como una persona que le gustan los hombres o las personas transexuales (sic); al sentirse culpables por lo que ya cometieron suelen ser agresivos o se desquitan con la persona”, expusieron al diario veracruzano.
Las autoridades activaron el protocolo para investigar el caso como un feminicidio; dos médicos legistas (mujeres) practicaron la necrocirugía de ley y determinaron que la víctima sí tuvo relaciones sexuales antes de ser brutalmente asesinada.
Activistas como Jaazz Bustamante y Cristina Ortiz han denunciado que el crimen podría quedar impune porque en la fiscalía de Poza Rica no hay ni siquiera una línea de investigación definida y, lo que es peor, ya pasó un mes y la policía no tiene avances.
Por su parte, integrantes de asociaciones civiles denuncian que lamentablemente la fiscalía no ha esclarecido los crímenes de odio en todo el estado, y esta sería la causa por la cual este delito ha incrementado en los últimos años. “Los delitos quedan impunes y los agresores vuelven a atacar”, resaltan.
Quienes conocieron a Nelly reprueban versiones que circulan en redes o que algunos especulan donde pretenden involucrarla en actividades ilícitas; “después de que la mataron, en la Constitución pusieron un mensaje donde dice que la mataron por ratera y que según debía dinero de drogas, pero nosotros podemos afirmar que ella no se metía en problemas, a su trabajo y ya”, dice una de sus compañeras a la Vanguardia.
Veracruz ocupa el primer lugar nacional en asesinatos por razón de género o preferencia sexual, y de acuerdo con activistas, a pesar de que la FGE cuenta con un protocolo para investigar con identidad de género, los servidores públicos no los aplican, les es más fácil archivarlos.
Según el párrafo cuarto del artículo 367 bis del código penal del estado de Veracruz y que castiga el delito de feminicidio, existen razones de género cuando: “a la víctima se le hayan infligido lesiones infamantes, degradantes o mutilaciones previamente a la privación de la vida o se realicen marcas degradantes al cadáver”, supuesto que se cumplió en el caso de Nelly.
Activistas de los derechos LGBT han exigido que la FGE indague como “transfeminicidios” estos casos. En lo que va del 2020 suman más de 20 crímenes de odio en el estado, y pese a las promesas de la FGE de esclarecer estos casos, amigos y familiares de las víctimas aseguran que la justicia para ellos “tarda mucho o de plano no llega”.
Fuente: Clemente Hernández Reyes, Vanguardia de Veracruz