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Al pasar y pesar de los años, es irónica la idea de no inspeccionar la vida hasta que nos encontramos a la muerte. Es hasta que el duelo de una pérdida nos hace replantear lo fugaz y banal de nuestros días. Cuando tumbados en cama, ante mil ideas abstractas y un vaivén emocional, empieza uno de los viajes oníricos más difíciles de procesar.
Hermanas “Todos mis héroes están muertos” es un homenaje que retrata a la perfección la complejidad de estar cuando tus amores han partido.
Vladimir Chorny es el responsable en carne y texto, de manifestar a nuestros fantasmas con esta puesta en escena; un monólogo unipersonal que transita los recuerdos de Martín al haber perdido a su primer pareja del mismo sexo, Erick. Un actor que constantemente le encendía la vida con su manera de concebir y reinventar sus emociones a flor de piel. Como buen teatrero.
Es así que la dinámica de esta pareja empieza a inyectar un espiritu de protesta en la obra, pues somos testigos de un amor que procesa su libertad fuera de la heteronorma, como algo personal y político. Recordándonos que no hay acto más rebelde y valiente que todo aquel que parte del auto reconocimiento y la exploración, para ser transparente a unx mismx. Cabe decir que Erick y Martin estaban pensados desde el 2019 cuando solo existia el titulo de este montaje. Y es que la vitalidad instructiva y pasional de ambos personajes es realmente encantadora.
En “Todos mis heroes estan muertos” Chorny/Martín grita a la liberación individual y social, denunciando constantemente a un sistema ladrón del ser emocional, que limita en binarismos y esclaviza en falsas identidades. Es así que confronta las deficiencias colectivas mediante el arte mismo. Y es que los rituales alrededor de su sensibilidad, le han permitido encontrar a su difunta pareja, encarnando su voz, su intimidad y a ese primer hilo de conexión, el personaje que cambiaría sus vidas; el señor Gutierrez
“…En la muerte hay formas en las que los difuntos se siguen comunicando. No solo la idea romántica de la memoria. Están presentes en la profundidad de lo que hacemos e incluso de lo que somos. Sin duda es una perspectiva mas ligera…” declara el autor Vladimir Chorny.
Es con la recreación del señor Gutierrez que podemos conocer un poco más de los niveles histriónicos de Vladimir, ya que es un personaje que evoca mucha fuerza, es demandante de la energía que en toda la obra el actor ha sabido colocar de manera precisa para poder ser el mejor hilo conductor. Podemos apreciar una curva que pasa por momentos de dolor, depresión, confusión y hasta locura. De manera genuina se logra empatizar con los profundos pasajes de Martin en un tema que requiere un trato delicado.
En “Todos mis héroes están muertos” cabe destacar el interesante juego de comunicación que hay entre el intérprete y el público, ya que de manera desenfadada tiene libertad de mantener momentos de habla introspectiva, de comunicarse con los fantasmas y hasta de romper la cuarta pared sin que se precipite la experiencia estética. Mismo lenguaje que se enriquece con la dirección de luces, que en armonia del trazo escénico hace que el dinamismo entre el texto y el espacio sean grandes cómplices. Declara Vladimir Chorny:
“…Hay que encauzar la emoción de acuerdo a la dirección de la historia. Habia hecho mucho teatro antes, sin embargo, encuentro en mi primer monólogo algo muy sensible e interesante. Te desbordas sin censura al punto de sacar mí contraste más oscuro, es algo liberador…”
Es así que “Todos mis heroes están muertos” nos presenta una historia de “carne mexicana y sangre argentina” con teatro un tanto diferente, que maneja una escuela de sincretismo donde el arte escénico se concibe de acuerdo a su contexto.
El significado poético, y el ritmo hace que la experiencia meta teatral trabaje la ambigüedad de la muerte sin solemnidad. Una cama llena de recuerdos al borde de desvanecerse, una maleta que augura la explosión de querer vivir y una sudadera que hace tangible nuestro pasado, hacen que culmine un final que enchina la piel como solo en las obras más especiales sucede.
“Para quienes estén transitando un viaje de muerte, deconstrucción, identidad y explotación, es importante tratarse con cariño, es un momento de apapacho en el que no estamos solxs y a veces conectarse con sus muertos puede ser el mejor aliado…” Vladimir Chorny
Puedes ver «Todos mis héroes están muertos» en el Teatro La capilla, Coyoacán
Miércoles 8 y 15 de Mayo, 20:00 hrs
250$
Próximamente nueva temporada
Compañía: Entre Nardos
Dramaturgia y elenco: Vladimir Chorny
Dirección: Nayla Pose
Iluminación: Ricardo Sica, Luis Enrique Armenia
Malu Campello, Nico Sz, Ernesto Agraz, Boris Schoemann, Alejandra Ramos, Enrique Saavedra, Alberto Castañeda, Ixchel de la rosa, Joaquín Moreno López, Mafer Pérez, Jesús Morales Germán, Fryda Vázquez, Carlos Medina, Israel Hernández, Gerardo Vargas Mota, Diego Gómez Huerta, Elvira García.
