Un tribunal japonés dictaminó esta semana que no permitir que personas del mismo sexo se casen es inconstitucional, sentando un precedente en la única nación del G7 que no reconoce plenamente las parejas del mismo sexo.
Se trata de la primera sentencia de un tribunal de distrito en Japón sobre la legalidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo, lo que significa una victoria simbólica en un país en el que la Constitución sigue definiendo el matrimonio como una institución basada en matrimonio “tradicional”.
“La orientación sexual no puede cambiarse ni seleccionarse por la voluntad de una persona”, dice la sentencia. “Es un trato discriminatorio (…) que no puedan recibir ni siquiera algunos de los beneficios legales que tienen los heterosexuales”.
Para que los matrimonios entre personas del mismo sexo puedan celebrarse legalmente, aún hace falta una ley.
Gon Matsunaka, director del grupo activista Matrimonio para Todo Japón y representante de Pride House Tokio, se mostró encantado y dijo que “su valor es absolutamente inconmensurable”.
Cabe señalar que, entre los estándares asiáticos, la legislación japonesa es un más liberal; sin embargo, la sociedad ha mantenido al colectivo LGBT en gran medida invisible en la tercera economía del mundo. Mientras que Taiwán se convirtió en el primer lugar de Asia en legalizar los matrimonios del mismo sexo en 2019.
Actualmente en Japón, las parejas del mismo sexo no pueden contraer matrimonio legalmente, ni heredar los bienes de su pareja y tampoco tienen derechos parentales sobre los hijos de sus parejas.
Aunque los certificados de convivencia expedidos por los municipios ayudan a las parejas del mismo sexo a alquilar una vivienda juntos y a tener derechos de visita en caso de una hospitalización, no les otorgan los mismos derechos legales completos de los que gozan las parejas heterosexuales.