Los grupos LGBT y de derechos humanos han condenado el devastador tiroteo masivo que tuvo lugar en Pittsburgh, EE.UU., y que causó la muerte de 11 personas judías en una sinagoga.
Otras seis personas resultaron heridas en este acontecimiento, que según la Liga Anti-Difamación, es el ataque más mortal contra los judíos en la historia de los Estados Unidos. La policía lo trata como un crimen de odio. El responsable identificado es Robert Bowers, quien fue acusado de asesinato y enfrentará 29 cargos criminales.
Sarah Kate Ellis, presidenta y directora general de GLAAD, dijo que la noticia del tiroteo fue «devastadora y exasperante»: “Nadie debe ser atacado en su lugar de adoración. Nuestros corazones están con las víctimas y sus seres queridos y GLAAD está contigo contra el antisemitismo y la violencia».
La comunidad LGBT se suma a este dolor debido a que aún viven en mente y corazones las 49 víctimas de Pulse, en Orlando, ocurrido hace más de dos años.