Abogados Cristianos señala como ofensivo un perfomance de la pasada Marcha del Orgullo LGBT+ de la Ciudad de México 2025.
La reciente edición de la Marcha del Orgullo LGBT+ de la Ciudad de México, celebrada el pasado 28 de junio, no solo fue un espacio de celebración y reivindicación. También ha sido escenario de una nueva polémica legal y cultural.
La organización Abogados Cristianos presentó una denuncia formal ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred). Esto en denuncia a la puesta en escena de un performance denominado Cónclave, llevado a cabo durante el desfile.
Según comunicó la asociación, el espectáculo, inspirado visualmente en rituales eclesiásticos y con referencias satíricas a figuras como obispos e incluso una representación del Papa, constituye, a su juicio, “una grave ofensa” a la comunidad católica mexicana. En su declaración, el grupo lo calificó como una puesta “sexualizada, burlona y obscena”, que supuestamente vulnera el derecho a la libertad religiosa.
La escena fue presentada por el contingente del bar La Purísima, reconocido dentro de la vida nocturna capitalina por sus expresiones artísticas transgresoras, humor queer y estética drag. A bordo de una carroza, performers recrearon un ritual paródico que combinaba música, luces y elementos religiosos reinterpretados desde el lenguaje del arte escénico.
¿Qué dicen los Abogados Cristianos?
Carlos Ramírez, director jurídico de Abogados Cristianos, fue tajante al respecto:
“Esto no es arte, es una incitación abierta al odio religioso. Es necesario que las autoridades intervengan para frenar este tipo de abusos”.
Desde su postura, la organización considera que la presentación atenta contra los principios de libertad de culto reconocidos tanto por la Constitución mexicana como por tratados internacionales suscritos por el Estado mexicano. Acusan además que este tipo de expresiones pueden fomentar la discriminación hacia personas creyentes, en especial católicas.
La respuesta de la comunidad LGBT+
En contraste, diversas voces dentro de la comunidad LGBT+ han salido en defensa del performance, argumentando que se trata de una crítica política y artística. Esta solo busca visibilizar la exclusión, represión y violencia histórica que muchas personas diversas han experimentado por parte de ciertas instituciones religiosas.
Hasta el momento, ni los organizadores oficiales de la marcha ni el equipo detrás de la intervención artística han emitido comentarios al respecto.