Al respecto, la fundadora del refugio, Victoria Sámano, explicó que el cierre currió debido a una situación económica para seguir habitándola, por lo que este año se tuvo que tomar la decisión de inhabilitarlo, mientras se encuentran en la búsqueda de otro espacio.
“Hace algunos meses se terminó el contrato del lugar y pues es complicado llegar a otro espacio donde pudiéramos estar tantas personas, si de por sí ya es bastante complejo poder rentar en la Ciudad de México, cuando eres una mujer trans, es peor”, declaró Sámano.
Victoria, también enfatizó que las personas que ejercen el trabajo sexual en las calles, viven al día, sin la certidumbre de poder sobrevivir, por lo que espacios seguros como estos son necesarios, ya que pueden salvarles la vida.
La activista también aseguró que a pesar de que existan otros refugios para personas en situación de calle o para poblaciones LGBT+, «Lleca» estaba construido alrededor de entender las necesidades específicas de dicha población.
Además, la fundadora de la casa-refugio declaró que el siguiente paso es constituir el colectivo en una asociación civil, para poder acceder a un espacio aún más grande y así atender a más personas, ya que sólo podían recibir a máximo 15 personas al mismo tiempo.
