Las críticas hacia el cantante Ricky Martin por supuesto aumento de peso, han causado revuelo en redes sociales en los últimos días y sacan a la luz la terrible práctica del Body shaming.
Luis Miguel Romero
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Hace unos días, las redes sociales se alborotaron por posts en donde se criticaba al cantante Ricky Martin por un supuesto aumento de peso. Dichos posts fueron acompañados por imágenes del cantante boricua. Y como es costumbre, generaron una ola de críticas, burlas, señalamientos y memes criticando el físico del intérprete de «María».
¿Qué es el Body Shaming?
Este acto es conocido como Body Shaming (en español «Humillación Corporal»). Se trata de un término anglosajón empleado para englobar las prácticas y expresiones peyorativas hacia el físico de otras personas. Estas pueden derivarse del color de piel, peso, estatura, etnia /raza, rasgos físicos etc. Se trata de una práctica discriminatoria, cruel y superficial la cual, por desgracia, ha sido constante en la historia de la civilización humana.
Esta práctica que ha enviciado a nuestra sociedad, también ha permeado a la comunidad LGBT+. Tristemente, dentro del mismo colectivo existe mucha discriminación, etiquetas, estereotipos y la subsecuente marginación.
Es muy difícil ponernos de acuerdo sobre lo que está bien o está mal, según las normas que nosotrxs mismxs nos marcamos como sociedad, muchas veces sin los conocimientos ni la apertura necesarias para dictarlas.
Error basar nuestro valor con base a un ideal infundado
Tener un cuerpo saludable no es, desde luego, ningún pecado. Por fortuna, hoy en día, hay una cultura más generalizada hacía el cuidado de nuestro cuerpo, más que por cuestiones estéticas, por razones de salud y bienestar. Hay una nueva conciencia que está despertando. Y un estilo de vida saludable, evidentemente se reflejará en un cuerpo saludable. El problema viene cuando basamos nuestro éxito y nuestro valor ante la sociedad con base a un físico perfecto.
Nuestra sociedad occidental está influida por muchos modelos impuestos a través de los medios de comunicación, que imperan y marcan las pautas en las sociedades desde su aparición a principios del siglo pasado. En el cine, la televisión, revistas y redes sociales, nos han marcado la idea de que la belleza física es sinónimo de la felicidad. Estrellas de cine y televisión, supermodelos o influencers, impactan con su «belleza» en nuestra mente, al grado de idealizarlos y tomarlos como un modelo para garantizar nuestra felicidad y éxito social.
¿Qué somos como sociedad? Pues lo que consumimos, lo que tenemos a nuestro alcance. Si a eso le sumamos la ignorancia o el fanatismo, el resultado puede ser muy doloroso.
El Body Shaming en la comunidad LGBT+
La comunidad LGBT+ es, en términos generales, uno de los sectores que más se ha visto impactados con esta idealización de la belleza física. Lxs modelos que aparecen en revistas LGBT+ o incluso en el mundo de la pornografía, parecen ser perfectos.
En muchos medios también se ha vendido una imagen de como debe de ser el «gay perfecto»: guapo, de cuerpo escultural, rico, vestido completamente a la última tendencia de la moda, alto, heteronormado, hegemónico etc. Incluso en la comunidad gay se menciona un chocante dicho que determina:
«Si no eres guapo y no tienes un cuerpo perfecto, fracasaste como gay»
Tan solo las aplicaciones de citas virtuales, tan vigentes hoy en día, están llenas de estos estereotipos. Si representas todo lo contrario a estas supuestas «virtudes», entonces parecería que estás destinadx a fracasar y sufrir de marginación dentro de la comunidad.
Si, suena terrible, pero lo grave es que ¡Hay muchas personas que se dejan influenciar por ello! Sobre todo la gente más joven, que resulta más vulnerable a recibir esta avalancha de información errónea a través de las redes sociales, a las que muchxs viven pegadxs las 24 horas.
En noviembre de 2021, el activista e influencer Sam del Río Félix, compartió a través de sus redes sociales, las ofensas, acoso y burlas que recibió por su físico a través de una conocida app de ligue gay. Sam aprovecho sus redes sociales para compartir esta amarga experiencia e invitar a la gente a reflexionar sobre la gravedad de lo que se vive en las redes.
Por suerte, Sam logró sobreponerse y desde hace mucho tiempo comparte en sus espacios virtuales la plenitud que ha logrado, sin caer en los estereotipos y clichés sobre el físico, que imperan de forma tirana en la comunidad.
Rompiendo con clichés y estereotipos
Lo triste y terrible es notar la cantidad de odio que puede esconderse detrás de quién realiza o promueve estas ofensas. Y es que el anonimato es capaz de sacar a relucir los pensamientos y sentimientos más crueles y perversos. Eso es cosa seria que no debe tomarse a la ligera. Y es que abundan en las redes sociales, y en el internet en general, páginas y perfiles que promueven estos ideales de vida acartonados y «perfectos» como el máximo ideal de vida.
Lo importante es que, como sociedad, aprendamos a diferenciar la realidad de la ficción y a proporcionarle a las nuevas generaciones las herramientas y el conocimiento necesario para que no permitan que estos estereotipos lxs deslumbren. En la población joven han existido hasta casos de suicidio y otras atrocidades por no poder aspirar social, física o económicamente a ese mundo que se les presenta como «ideal».
Han existido muchas personas de la comunidad LGBT+ que han hecho aportaciones valiosísimas al mundo. Y la gran mayoría de ellxs no lucían como modelos de revista. Su aportación cultural, científica o social al mundo, fue mucho más allá de un abdomen esculpido, grandes senos o un traje del más afamado diseñador.
Lo importante es trabajar en nuestra autoestima. Cada quién tenemos un valor y venimos al mundo a aportar algo, no importa si es grande o pequeño. Una persona que se ama y se acepta así mismx proyecta una seguridad hacía los demás que lo vuelve mucho más atractivx que un rostro perfecto.
El cuidar nuestro aspecto y mantener un físico agradable es importante, principalmente por cuestiones de salud y bienestar.
Fomentemos el estilo de vida saludable y no estereotipos falsos. La felicidad es mucho más que eso y a veces está en las pequeñas cosas y más cerca de lo que creemos.
Y volviendo al peculiar caso que se abordó en las primeras líneas: ¿Algún hombre gay realmente le pondría un «pero» a Ricky Martin por su «sobrepeso»? Pregunta seria.
LECTURA SUGERIDA:
*Matthew Todd: «Straight Jacket: How to be gay and happy («Camisa de Fuerza: cómo ser gay y feliz»). Ed. Penguin (2012).