Christian Wilkins, el liniero defensivo, busca recuperar parte de su contrato millonario tras la polémica salida de los Raiders.
El jugador de la NFL Christian Wilkins fue despedido por los Raiders de Las Vegas después de besar en la cabeza a un compañero dentro del vestidor, un gesto que fuentes cercanas describieron como “juguetón”, pero que generó incomodidad y una queja formal por parte del afectado. La situación derivó en una investigación interna que concluyó con la rescisión del contrato del defensivo.
Wilkins, de 29 años, firmó en 2024 un contrato por 110 millones de dólares, de los cuales 84.75 millones estaban garantizados. Sin embargo, la franquicia invocó una cláusula de “veterano con contrato terminado” que anuló los 35.2 millones que el jugador aún tenía asegurados.
De acuerdo con Daily Mail y ESPN, el atleta presentó, a través de la Asociación de Jugadores de la NFL, una queja formal para recuperar ese dinero, proceso que inició la semana pasada.
Reportes de The Athletic señalan que el beso no fue el único factor en la decisión de los Raiders. Wilkins se encuentra en rehabilitación por una fractura en el pie izquierdo desde octubre de 2024 y habría rechazado un segundo procedimiento quirúrgico recomendado por el equipo, lo que generó dudas sobre su compromiso.
Adam Butler, actual defensivo del equipo y excompañero de Wilkins, declaró que la organización “ya superó el tema”, pero aprovechó para enfatizar la importancia de la salud mental:
“Sea lo que sea que estés enfrentando como persona —atleta o no— habla con alguien. Busca terapia. Alguien allá afuera está dispuesto a escucharte”.
El caso ha polarizado la opinión pública: mientras algunos consideran que la reacción del equipo fue desproporcionada, otros defienden la importancia de respetar los límites en espacios laborales. Por el momento, Wilkins se encuentra sin equipo y en espera de una resolución legal y financiera.
