La importancia en términos como «sidoso» o «sidral» debe radicar en la visibilización que le dan al VIH/SIDA y no en su estigmatización.
Por: El Freddy Mercury (Christian Granados)
«Sidoso» es un término que para otres representa una mofa a juego simple en utilizar, mientras que para nosotres quienes VIHvimos significa una reapropiación socio-cultural que nos permite hacerle frente a una sociedad serofóbica que por años pensaban nos hacían más débiles, la realidad es que nos dieron fuerza sin darse cuenta.
No obstante, existen otras palabras como «VIHchota», «sobreVIHviente» y una que resonó a mediados de esta semana por parte de una drag queen quien decidió cambiarle el nombre al «SIDA» por «Sidral» en tanto comparaba una reciente serie LGBT+ con antiguas producciones que visibilizan una pandemia que aún existe.
Este escrito no será para arremeter en contra de le espectacular artista y también diseñadorx de moda, pues como comunidad LGBT+ tenemos que mantenernos juntos pase lo que pase, por lo que el objetivo de las siguientes palabras a leer serán señalar los términos que al no darles el valor que se merecen, terminan por convertirse en discursos de odio.
Pero para validar los comentarios de este texto te hago de conocimiento a ti querido lector que soy un joven de 21 años quien vive con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y sobrevivió a la fase del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
Actualmente estudio la Licenciatura en Periodismo en tanto colaboro para la escritura de notas informativas y/o cápsulas en «Aristegui Noticias».
Sí, así como leíste, un aspirante a la profesión más peligrosa del mundo en uno de los países más mortíferos para ejercerla, una persona quien por su orientación sexual es criminal en más de 70 países y un ser humano quien sobrevivió a la «mayor tragedia del siglo XX » como la calificó Madonna.
Pero mi objetivo no es revictimizarme, nunca lo es o será, mi objetivo desde que me dieron aquel diagnóstico positivo es el de lograr que ningún par o persona quien sobreVIHvió se sienta «miserable» mientras se encuentra en una cama, se sienta solo porque sus «amigos» lo dejaron al tener la falsa idea de un «contagio».
Y mi meta también será que ninguna persona desde su privilegio se sienta con el poder de minimizar una realidad que nos afecta a todes.
Es por ello que aquí explicaré la razón por la que aquella comparación entre el «Sidral» y «SIDA» se debe invalidar, pero en resumidas cuentas por si no quedó claro, las personas quienes vivimos con VIH y somos visibles tenemos el derecho de reapropiar las palabras que alguna vez pudieron afectarnos, pero te preguntarás: ¿Por qué solo nosotros los sidosos podemos utilizarlas?.
La respuesta es fácil, porque vivir con VIH no es responder una solicitud de empleo en donde algunos se valen de enaltecer sus habilidades para obtener el puesto, el VIHvir es recordar aquel mes de enero en el que te encontrabas en una cama al solo ponerte de pie para vomitar lo poco que tu cuerpo digería mientras estabas en fase del Sidral.
VIHvir es afrontar una infidelidad, asumir que confiaste en tu pareja tanto sentimental como sexual para atreverte a experimentar y terminar por darte cuenta que no eras tan especial como te lo hacían creer. VIHvir es formarte desde las cuatro de la mañana a las afueras de Clínica Condesa para sacar ficha y que te atiendan hasta cinco horas después.
Porque VIHvir no es un juego ni un «lujo» que se pueda tomar a la ligera y cualquiera haga uso de los términos que lo rodean como si se trataran de simples palabras. VIHvir es un acto político que significa ir en contra de todo aquello que nos estigmatizó los medios de comunicación en décadas de mayor desinformación que conocimiento con causa y efecto
Es decir, el VIHvir nos permite expresar términos que solo nos pertenecen a nosotres y a nadie más. No le pertenecen a una sociedad que nos considera culpables de sobreVIHvir, que mientras vea a un seronegativo atractivo siempre verá a un sobreVIHviente como la representación gráfica de lo «obsoleto».
En un mundo en sobrepoblación y que juega a ser Dios, no le pertenecen a quienes consideran que es un anhelo no conocer a alguien quien VIHve.
Simplemente no le pertenece a nadie que no lo VIHva, porque hasta que te toque, entenderás porque es necesario hablar de VIH y/o SIDA.
Solo hasta que lo VIHvas respetarás, porque los que sobreVIHvimos visiblemente nos damos el «lujo» en reapropiar palabras pensadas para insultarnos pero que terminaron por levantar la cabeza de cada sidosa para hacer temblar la tierra de un mundo discriminatorio.
Es ahí donde radica la importancia del discurso, no en el personaje, no en su trabajo y no en su vida personal, sino en señalar las palabras para que no se repliquen a modo de burla.