Un hombre en Malta se enfrenta a cargos penales por compartir su testimonio como «ex gay» y promover las «terapias de conversión».
¡Manas! En Malta, Matthew Grech se enfrenta a cargos penales por “discutir y promover las llamadas terapias de conversión” después de compartir su testimonio de «transformación» para dejar de ser gay.
El próximo 3 de febrero, será juzgado en el Tribunal de Magistrados de La Veleta, junto con los presentadores de un programa local. En la entrevista, Grech habló sobre su infancia y su orientación sexual, así como «abandonó» su sexualidad luego de «abrazar la fe en Jesús». Y aseguró que la homosexualidad no es una identidad, sino una práctica. ¿Cómo ven, manas? ¡Ni que fuera béisbol!
De acuerdo con las leyes maltesas que prohíben las «prácticas de conversión», si se le declara culpable, Grech podría enfrentarse a una pena de cinco meses de prisión y/o una multa de 5.000 dólares. ¡Traz!
Este caso tiene importancia a nivel internacional porque, en 2016, Malta se convirtió en el primer país de la Unión Europea en prohibir las torturas que obligan a las personas a rechazar su identidad, mal llamadas «terapias de conversión».
“Cualquiera que se preocupe por la libertad de expresión debería estar alarmado por lo que me está pasando”, dijo Grech. “Si me sucede a mí en Malta, les aseguro que pronto me sucederá en el Reino Unido y en otros países del mundo”.
La situación es que, afirmar que la orientación sexual es una práctica que «puede ser curada o enmendada» no es libertad de expresión, manas. Es una clara fobia, un discurso de rechazo y odio, que atenta contra la identidad de millones de personas alrededor del mundo.
En lo que respecta a Gran Bretaña, su Ministra de Cultura, Michelle Donelan, dijo la semana pasada que el gobierno planea prohibir las terapias de conversión en la región. ¡Y ni modo!