El Gobierno de los Estados Unidos ha decidido ampliar las restricciones de visados a funcionarios de Uganda y Zimbabue, argumentando la represión y el socavamiento de la democracia en ambos países. 

La decisión fue anunciada por el Secretario de Estado, Antony Blinken, destacó la preocupación por la marginación de grupos como la comunidad LGBTQ en Uganda y los defensores de la sociedad civil en Zimbabue. Se trata pues de una medida de los Estados Unidos para dejar en claro que promueve los derechos de las personas LGBTIQ+ y la democracia.

Uganda y la ley anti-LGBTQ

En mayo de este 2023, Uganda promulgó una ley anti-LGBTQ, considerada una de las más severas del mundo, que incluye la pena de muerte por «homosexualidad agravada». 

Esa ley también criminaliza la transmisión del VIH a través del sexo gay. En junio, el Departamento de Estado estadounidense impuso restricciones de visado a funcionarios ugandeses en respuesta a esta controvertida legislación.

Expansión de restricciones de visado para ciudadanía de Uganda

Antony Blinken anunció la expansión de la política de restricción de visados para incluir a funcionarios actuales o anteriores de Uganda, así como a aquellos que se cree son responsables o cómplices de socavar el proceso democrático en el país. Este grupo abarca desde activistas medioambientales hasta defensores de los derechos humanos, periodistas, personas LGBTQI+ y organizadores de la sociedad civil.

Nueva política para Zimbabue

Estados Unidos estableció una nueva política de restricción de visados para aquellos que según Blinken, estaban socavando la democracia en Zimbabue. El presidente zimbabuense, Emmerson Mnangagwa, ganó un segundo mandato en una votación disputada en agosto, que fue criticada por la oposición y observadores electorales.

El Secretario de Estado de los Estados Unidos, dejó claro que cualquier persona que socave el proceso democrático en Zimbabue, ya sea antes, durante o después de las elecciones de agosto de 2023, puede considerarse inelegible para visados estadounidenses bajo esta nueva política.

En resumen, Estados Unidos busca promover derechos y democracia mediante la restricción de visados a funcionarios implicados en prácticas represivas o socavamiento de procesos democráticos en Uganda y Zimbabue.