¡Hijas! Un joven trans triunfó en una larga batalla legal que inició desde que era un adolescente.
Un hombre trans, Gavin Grimm, al que se le prohibió usar el baño correcto en una escuela, recibió un pago de $1.3 millones de dólares por la junta escolar que lo discriminó.
En 2014, cuando tenía solo 15 años, Grimm le dijo a la Junta Escolar del Condado de Gloucester de Virginia que lo único que quería era poder usar el baño de hombres.
Pero su simple solicitud lo llevó a la Corte Suprema y al centro de un debate nacional sobre el derecho a existir de las personas trans.
Cuando se le impidió a Grimm usar los baños de niños en su escuela y obligándolo tener su propio baño privado, el entonces adolescente presentó una demanda por discriminación.
Representado por Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) de Virginia, Grimm sostuvo que la política de la junta iba en contra de una ley de derechos civiles que prohíbe la discriminación basada en el sexo.
Su demanda se convirtió en un caso de prueba federal cuando el entonces presidente Barack Obama programó su envío a la Corte Suprema en 2017.
La demanda volvió a los tribunales inferiores una vez más al año siguiente después de que la administración Trump desechara una política de la era de Obama que protegía alumnos trans.
Un tribunal federal finalmente dictaminó que la prohibición de la junta escolar fue discriminatoria en 2019 y esto fue confirmado por un tribunal de apelaciones en 2020.
A principios de este año, la Corte Suprema denegó una apelación de la junta escolar, ya que presionó para intentar prohibir a los estudiantes trans el uso de los baños correctos.
Finalmente, la ACLU anunció que se le ordenó a la Junta Escolar del Condado de Gloucester pagar más de $1.3 millones en honorarios y costos de abogados a Grimm, llevando su caso a una resolución.
“Estamos contentos de que este largo litigio finalmente haya terminado y que Gavin haya sido plenamente reivindicado por los tribunales», dijo en un comunicado el abogado del ACLU, Josh Block.
No obstante, el abogado también comentó su inconformidad con la gran cantidad de tiempo que transcurrió para que a Gavin se le hiciera justicia en su caso.
El propio Gavin Grimm, quien ahora tiene 22 años, expresó que en lugar de permitir que un niño tenga el mismo acceso a un entorno escolar seguro, la Junta Escolar de Gloucester decidió luchar contra este niño durante cinco años.
Además, espera que este resultado envíe un mensaje contundente a otros sistemas escolares, que la discriminación es una costosa batalla perdida.