El Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra tomó una decisión histórica al votar a favor de permitir que sus sacerdotes bendigan a las parejas homosexuales.
A pesar de ese avance, se mantiene la prohibición de celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo.
Amplio respaldo a la propuesta
El órgano de gobierno Iglesia de Inglaterra, compuesto por cientos de miembros electos, se reunió durante dos días y respaldó la propuesta con un margen significativo.
Tras 8 horas de debate, 250 obispos, clérigos y laicos apoyaron las reformas, mientras que 181 se opusieron y 10 se abstuvieron en la votación celebrada en el centro de Londres.
Limitaciones de las Reformas
Las reformas adoptadas no alterarán las normas que prohíben a los curas anglicanos oficiar bodas de parejas del mismo sexo.
El Sínodo apoyó una enmienda que respalda esa prohibición, pero al mismo tiempo votaron a favor de permitir la bendición de matrimonios o uniones civiles.
Reconocimiento de fallos y divisiones
Además de las decisiones tomadas, el Sínodo reconoció «el fracaso de la Iglesia a la hora de acoger» a las personas LGTBQ.
Ese reconocimiento se sumó a las disculpas previas de los obispos por actitudes hostiles y homófobas en algunas parroquias. Sin embargo, estas iniciativas han generado divisiones dentro de la Iglesia Anglicana entre los progresistas y los críticos.
Perspectiva de la Obispa de Londres
La obispa de Londres, Sarah Mullally, celebró los cambios, pero también reconoció las divisiones existentes. «Estas divisiones sobre estas cuestiones alcanzan lo más profundo de nuestra identidad humana», señaló, comprometiéndose a ser consciente de las tensiones que esto pueda generar.
Contexto y presiones externas
El debate se produce después de años de presión política sobre la iglesia anglicana para que reforme su enfoque del matrimonio entre personas del mismo sexo, legalizado en Inglaterra y Gales en 2013. La iglesia anglicana, con 85 millones de creyentes en todo el mundo, se enfrenta a desafíos, especialmente en regiones donde la homosexualidad sigue siendo criminalizada.
Comparación con la Iglesia Católica
La Iglesia Católica, liderada por el Papa Francisco, ha adoptado una postura relativamente liberal sobre la homosexualidad, aunque mantiene la doctrina sobre el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer con fines de procreación.
La homosexualidad sigue siendo considerada «un pecado» según la opinión reafirmada por el Vaticano en 2021.
