¿A qué se debe el hecho de que el mito de los vampiros resulte tan atractivo para algunxs dentro de la comunidad LGBT+?
Luis Miguel Romero
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Es momento de hablar de los Vampiros, esos seres sobrenaturales productos de la ciencia ficción que tanto han fascinado a la humanidad a lo largo de siglos. Pero, ¿a qué se debe el hecho de que el vampirismo resulte tan atractivo para la comunidad LGBT+? ¿Qué hay detrás de estos “succionadores de sangre” de cara pálida y afilados colmillos que resultan tan atractivos a un sector de la comunidad?
El mito de los vampiros fascinó a la humanidad inicialmente en la literatura. En el siglo XVIII, el poeta inglés Samuel Taylor Coleridge (1772-1834), escribió el poema “Christabel” (1797-1800). En dicho poema, la protagonista cae bajo el hechizo de “Geraldine”, una terrible vampira de la que se convierte en amante.
En el siglo XIX, la representación lésbica del vampirismo alcanza su cenit con la legendaria novela “Carmilla” (1872), de Joseph Sheridan Le Fanu (1814-1873), que es considerada como “la madre” de todas las vampiras lesbianas de la ciencia ficción.
Y el primer relato de ficción en abordar la homosexualidad masculina en los vampiros es “Manor”, relato de 1884 escrito por el escritor y activista gay alemán Karl Henrich Ulrichs (1825-1895), mismo que plasma la historia de amor del vampiro “Manor” con el joven llamado “Har”. También Eric Stenbock (1858-1895), famoso autor alemán de novelas de terror, abordó la homosexualidad vampírica masculina en la novela “The True Story of a Vampire” (1894), una suerte de parodia de “Carmilla”, visto desde un punto de vista masculino.
Ya para el siglo XX, la representación de vampiros LGBT+ se multiplica. El alemán George Sylvester Viereck (1884-1962), escribió “La casa del vampiro” (1907) que habla sobre una especie de “vampiro psíquico” bisexual. Luego, Anne Rice (1941-2021), presentó sus “Crónicas vampíricas” (1976), y allí debutó el irresistible “Lestat”, un singular y popular vampiro que también disfrutaba seduciendo a los caballeros.
En el cine y la televisión
Y de la literatura, los vampiros LGBT+ brincaron a la Gran Pantalla. La actriz Gloria Holden representó a una seductora vampira bisexual en “Dracula’s Daughter” (Lambert Hillyer, 1936). “Carmilla” ha sido adaptada al cine en varias ocasiones, pero la representación mejor lograda ocurre en la trilogía “The Vampire Lovers” (1970), “Lust for a Vampire” (1971) y “Twins of Evil” (1971), con la vampira encarnada por Ingrid Pitt.
En “Lemora” (1973), de Richard Blackburn, se aborda la historia de una joven seducida por la lujuriosa vampira que le da nombre a la película.
En 1979, se estrenó en México «Alucarda», de Juan López Moctezuma, una versión de «Carmilla» donde vemos como protagonista a una bella vampira lesbiana encarnada por la actriz Tina Romero.
Y desde luego, la representación de Tom Cruise como “Lestat” y sus amoríos con Brad Pitt y Antonio Banderas en “Interview with the Vampire” (Neil Jordan, 1995), la adaptación fílmica de una de las novelas de Anne Rice, llenó de fantasías los cerebros de muchos caballeros.
En 2016, el actor James Franco, protagonizó y produjo una nueva versión de «Mother, May I Sleep with Danger?», donde las protagonistas son dos vampiras lesbianas.
Entre las representaciones queer más recientes de vampiros en la ficción se encuentran las realizadas por Matt Bomer como el sexy y bisexual vampiro “Donovan” en la serie televisiva “American Horror Story” (2015) y las de Sam Reid y Jacob Anderson en la versión televisiva de “Interview with the Vampire” (2022).
El colectivo trans también ha presentado su propia versión de estas terribles criaturas de la noche. En 2019, el cineasta Brad Michael Elmore, dirigió «Bit», una cinta que narra la historia de «Laurel» (Nicole Maines), una adolescente trans que es seducida por una vampira de nombre «Izzy».
En los videojuegos
Y del cine y la televisión pasamos a los videojuegos. La vampira «Morrigan», de la serie de videojuegos de lucha “Darkstalkers” (1994), también ha sido representada como sexualmente ambigua, y en versiones literarias alternas del videojuego, el personaje muestra un interés romántico / sexual por la mujer-gato “Felicia”.
En el cine para adultos
Por supuesto el cine para adultos no se queda atrás. La industria fílmica para adultos se ha dado gusto en mostrar vampiros y vampiras succionando algo más que la sangre de sus víctimas. De los clásicos de este género destacan “Dracula and the Boys” (1969), “Gayracula” (1983), “Lust for Dracula” (2005), “Twinklight” (2010) y “Sucked and Drained” (2022).
¿Qué es lo que causa tanta fascinación del vampirismo en un sector de la sub-cultura Queer? ¿Será ese aspecto de fragilidad y delicadeza que muestran con sus caras pálidas? ¿Será acaso que el ser criaturas ocultas en la noche, tras las tinieblas, se ve como una metáfora de la represión de la diversidad sexual? ¿Será que se asocia el hecho de que beban sangre y chupen los cuellos que nos despierta una excitación primigenia? Eso aún no se ha explicado satisfactoriamente, pero por lo pronto ¡a disfrutar con estas eróticas aventuras vampirescas LGBT+!