El actor confiesa que, en su adolescencia, vivió momentos muy difíciles luchando contra los prejuicios religiosos y familiares.
El actor británico Luke Evans ha hablado sobre lo que significó su religión a la hora de descubrir su orientación sexual.
La estrella de «La Bella y la Bestia», fue criado como Testigo de Jehová y se bautizó a los 13 años. Evans ha confesado que veía su religión como su última oportunidad de salvación mientras luchaba por aceptar su sexualidad. Y es que, según las creencias de su fe, las personas homosexuales «morirían en el Armagedón»:
«Pensé que tal vez haciendo eso, el resto desaparecería. Estaba muy confundido y no tenía a nadie con quien hablar. De lo único que podía hablar con la gente que conocía era de religión. Consumía nuestra conversación. Pensé, bueno, céntrate en otra cosa y espera que lo otro desaparezca».
Evans también confesó que sentía miedo de ser rechazado por sus padres. Sentía más miedo por esto que por perder la vida debido a su sexualidad:
«Lo único que me importaba era mi madre y mi padre. Cuando me di cuenta de quién era y de lo que tenía que hacer para ser quien era, ya no me importaba morir. Para ser feliz, sólo había un camino que podía tomar, y mi única preocupación era perder a papá y a mamá en el poco tiempo que me quedaba antes de que llegara el Armagedón.»
Más adelante, cuando tenía 20 años y trabajaba en teatro musical, concedió una entrevista a un medio LGBT+. Esta llegó a oídos de los sacerdotes de su iglesia. Estos le advirtieron que le echarían si era un «practicante homosexual».
No obstante, Evans confiesa que fue un alivio ser expulsado de su iglesia:
«Fue doloroso, porque sabía que mi madre y mi padre estaban sentados en ese Salón del Reino rodeados de personas que los conocían y me conocían hasta que cumplí los 16 años. Debió de ser un momento horrible para ellos. Creo que se fueron a casa, se abrazaron y lo superaron».
Hoy en día, el actor no solo goza de un prestigio en el mundo del espectáculo internacional, sino que también es reconocido por ser uno de los primeros actores «de las grandes ligas», en hablar públicamente de su sexualidad hace dos décadas.