San Arte es un álbum ecléctico que concentra doce temas sobre la muerte y el amor. Su música se inspira principalmente por el canto de la folclorista Violeta Parra y tiene como referentes a artistas mexicanos como Juan Gabriel y Julieta Venegas.
“Mamayolo es un ancestro que manifiesta una realidad fantástica a través de sus canciones; es un personaje andrógino que sale de un libro de brujerías, que emprende el mítico viaje del héroe en la música”, así lo define César Guarda, profesor de lenguaje, cantautor y performer detrás de este concepto artístico.
¡Mis folclóricas! Desde la zona sur de Chile, Mamayolo ofrece doce canciones sobre la muerte y el amor con referencias a la música de raíz folclórica y sonidos propios del pueblo mapuche al que pertenece el cantautor en su más reciente álbum: San Arte, disponible ya en todas las plataformas de música en streaming.
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Detrás del concepto artístico de Mamayolo se encuentra César Guarda, profesor de lenguaje, cantautor y performer originario de Pitrufquen, población ubicada en la Región de la Araucanía en Chile, quien comenzó a adoptar esta personalidad en 2015, que se inspira en la figura de los “weyes”, chamanes que desempeñaban un papel central en la tradición del pueblo mapuche y que se caracterizan por incorporar elementos considerados como femeninos con una connotación sagrada, por lo que había cierta ambigüedad respecto a su rol de género.
En palabras de César Guarda, Mamayolo es “un ancestro que manifiesta una realidad fantástica a través de sus canciones; es un personaje que sale de un libro de brujerías, que emprende el mítico viaje del héroe en la música. Su capacidad transmedia le ha permitido transitar por el modelaje, la actuación y la danza, además de la música”.
Mamayolo es un personaje tan interesante como original. Su música combina estilos urbanos con la música tradicional latinoamericana. Así lo comprueban Aborto Caravana, su primer EP, y los sencillos Palomo Papi o Coronavirus, que acumulan ya miles de reproducciones en YouTube. Ahora sorprende con el estreno de San Arte, un primer álbum que conecta con sus orígenes folclóricos y su lado artístico más íntimo.
“Este es un disco romántico que une la muerte y el amor. Es un recopilatorio emocional de poemas que nacen en mi adolescencia y adultez temprana, a raíz de relaciones interpersonales que escapaban de lo común”, puntualiza César Guarda.
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Inspirado principalmente por el canto de la folclorista Violeta Parra, Mamayolo ofrece doce piezas donde conviven tonadas y baladas melancólicas que se cruzan con sonidos propios del pueblo mapuche, como la trutruca y el trompe. Una fusión excepcional que encuentra su clímax en el tema Ahí viene Satán, donde el paisaje acústico es sacudido por una sección rockera.
Mamayolo tiene una atracción particular hacia México, ambos guardan una relación misteriosa con la muerte. Por otro lado, el cantautor siempre ha admirado a artistas mexicanos como Julieta Venegas y Juan Gabriel, lo que puede comprobarse al escuchar temas como Amor Extraterrestre, incluido también en San Arte.
Con toda soltura y libertad, a través de San Arte el artista da una muestra del dinamismo del folclor latinoamericano. Lejos de las visiones conservadoras, Mamayolo apuesta por letras sobre romances homosexuales y se caracteriza como un personaje andrógino.
“Hay nuevas generaciones con interés en la música, y mientras más libertad y arte les entreguemos es mejor”, comenta el artista, que lanza su primer álbum al mismo tiempo que inaugura un negocio junto a su madre, la Floristería San Arte.
“San Arte es un disco familiar, pensado en mi madre y en las generaciones que me anteceden. Pero también es un emprendimiento, es un concepto que abarca todo lo que estoy haciendo actualmente”, comenta Mamayolo, quien además se encuentra en la última etapa de producción de un disco totalmente distinto al que acaba de lanzar.
“Mi próximo disco es LGBT, pero no desde el punto de visibilizar a la comunidad, sino de hablar desde la comunidad. Hablar desde las contradicciones de la comunidad al ritmo del reguetón y la electrónica, en una transición desde lo análogo a lo digital”, concluye Mamayolo.
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