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Mara Wilson, la protagonista de ‘Matilda’, denuncia la sexualización a la que se vio sometida siendo una estrella infantil

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Mara Wilson y Britney Spears

Manas, la actriz Mara Wilson, es una más de las personas que está conmocionada por el documental ‘Framing Britney Spears’, la interprete decidió hablar de la situación en la que ella se ve reflejada en un contundente artículo su propia experiencia como niña famosa.

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El documental Framing Britney Spears está animando a muchas estrellas que se hicieron famosas durante su infancia a contar su propia historia. Entre ellas, Mara Wilson, la protagonista de películas como Matilda y Sra. Doubtfire, que ha publicado un artículo de opinión en el New York Times hablando en primera persona de su dura experiencia como niña en el mundo del espectáculo.

“Hay muchos momentos en la vida de Britney Spears que me resultan familiares. A ambas nos hicieron muñecas con nuestra cara, ambas tuvimos que sufrir a amigos cercanos y novios contando nuestros secretos, y ambas tuvimos que aguantar a hombres adultos haciendo comentarios sobre nuestro cuerpo”, explica Wilson en su artículo después de ver el famoso documental.

“Aunque mi vida fue más fácil no solo porque nunca fui tan famosa como ella, sino porque a diferencia de lo que le ocurrió a Britney, mi familia siempre me apoyó. También sabía que ellos guardaban el dinero que estaba ganando, pero para que yo lo usara. Y si necesitaba escapar del ojo público, podía desaparecer sin que nadie me persiguiera”, confiesa para dejar claro que la intención de sus palabras no es menospreciar el calvario de Britney, sino solidarizarse con ella.

Más que nada porque, sin contar con esas notables diferencias, en esencia su vida como actriz infantil conecta mucho no solo con la de Britney, sino con la de otras estrellas que se hicieron famosas demasiado pronto como Judy Garland o Drew Barrymore. Con razón el título de su artículo es ‘Las mentiras que Hollywood te cuenta sobre las niñas pequeñas’.

“En aquella época vi a muchas actrices y cantantes adolescentes abrazar la sexualidad como un rito de iniciación, apareciendo en las portadas de revistas de chicos o en videos musicales provocativos. Yo decidí que esa nunca sería yo. Aunque tampoco sirvió de nada porque de todos modos ya me habían sexualizado y lo odiaba”, recuerda Wilson, que ahora tiene 33 años.

Y es que aunque hoy cueste reconocerlo, en los 90 la información de espectáculos era mucho más salvaje que ahora. Sobre todo con las estrellas infantiles, cuya intimidad no se protegía y a la que los medios trataban igual que a sus compañeros adultos.

“Casi todas las películas en las que actué eran de tono familiar. Nunca enseñé nada más allá que un vestido con el largo por las rodillas. Esto era totalmente intencionado: mis padres pensaban que así estaría a salvo. Pero no funcionó”, revela la actriz, que admite que aún así tuvo que responder a preguntas totalmente inapropiadas para una niña de su edad por parte de los periodistas e, incluso, recibir cartas de amor.

“Me parecía bonito cuando un niño de diez años me escribía diciéndome que estaba enamorado de mí, pero no cuando lo hacía un señor de cincuenta años”, se lamenta Wilson haciendo ver que el problema va más allá de lo que pasa dentro de la propia industria.

“Hollywood ha decidido abordar por fin el acoso, pero yo nunca fui acosada sexualmente en un set de filmación. Mi acoso sexual siempre llegó a manos de los medios de comunicación y del público”, recuerda.

“La forma en que la gente hablaba de Britney Spears me aterrorizaba entonces y también lo hacer ahora. Su historia es un ejemplo sorprendente de un fenómeno del que he sido testigo durante años: nuestra cultura edifica a estas chicas solo para destruirlas. Afortunadamente, la gente se está dando cuenta de lo que le hicimos y comienza a disculparse con ella. Pero seguimos viviendo con las cicatrices”, concluye.