Tras el deceso del legendario Ozzy Osbourne este pasado lunes, sale a la luz la postura de la estrella de rock hacia la comunidad LGBT+.
Ozzy Osbourne, icono del heavy metal y vocalista de Black Sabbath, falleció el lunes 22 de julio a los 76 años, según confirmó su familia a través de un comunicado. El músico murió rodeado de sus seres queridos, pocas semanas después de ofrecer su concierto de despedida “Back To The Beginning” en Birmingham, su ciudad natal.
Recordado por una carrera marcada por excesos, éxitos y reinvenciones, Osbourne también dejó un legado menos conocido: su apoyo a la comunidad LGBT+ en una época de fuerte estigma. En los años 1980s, cuando el VIH devastaba a millones y pocos artistas alzaban la voz, el llamado “Príncipe de las Tinieblas” tomó postura.
En 1989, tras un comentario homofóbico hecho por su guitarrista en un concierto en Long Beach, Osbourne ofreció disculpas y se comprometió a donar miles de dólares al AIDS Walk Long Beach, evento destinado a recaudar fondos y generar conciencia sobre la enfermedad. Décadas después, volvió a mostrar su posición al criticar a la Iglesia Bautista de Westboro por usar su canción “Crazy Train” en una protesta anti-LGBT+:
“Estoy asqueado y disgustado por el uso de ‘Crazy Train’ para promover mensajes de odio”.
La muerte del cantante generó una ola de homenajes en la industria musical. Elton John lo describió como “un querido amigo, pionero y una de las personas más divertidas que he conocido”. El artista británico añadió: “Aseguró su lugar en el panteón de los dioses del rock. Lo extrañaré mucho”. El cantante Yungblud, quien compartió escenario con él en su último show, escribió: “Nunca te olvidaré. La música fue suficiente. Nos llevaste a tu aventura, la que lo inició todo”. Billie Joe Armstrong, líder bisexual de Green Day, expresó en redes: “Sin palabras. Te amamos Ozzy”.
Osbourne había enfrentado severos problemas de salud en los últimos años, incluido el diagnóstico de Parkinson en 2019. Pese a ello, se mantuvo activo hasta el final: su último concierto lo dio sentado en un trono negro, símbolo de una carrera inquebrantable.
Con su partida, no solo se despide una de las figuras más influyentes del rock, sino también un aliado que, en silencio, marcó la diferencia en la lucha por la igualdad.