El Parlamento de Uganda aprueba proyecto de ley que criminaliza a las personas que se consideren LGBT+.
«En cualquier situación, siempre trabajamos por el pueblo de Uganda. Siempre legislaremos para nuestra gente», declaró Anita Among, al cerrar una sesión en la que, después de seis horas de debates, una amplia mayoría de los más de 500 diputados aprobaron el nuevo proyecto de ley.
Sin embargo, para que el proyecto sea introducido en el Código Penal del país aún debe ser ratificado por el presidente ugandés, Yoweri Museveni.
«La homosexualidad es una amenaza para la raza humana y lo que estamos discutiendo es la preservación de la raza humana», señaló Francis Ecweru, actual Ministro de Obras Públicas.
Por fortuna, también hubo algunas voces en contra del proyecto de ley, como la del diputado Fox Odoi:
«El proyecto de ley contiene disposiciones que son inconstitucionales, revierte los logros registrados en la lucha contra la violencia de género y criminaliza a las personas en vez de a las conductas que contravienen las disposiciones legales», declaró.
Además, el proyecto de ley también propone penas de hasta cinco años de prisión a quiénes intenten «promocionar» la «homosexualidad».
«Una de las características más extremas de este nuevo proyecto de ley es que criminaliza a las personas por ser quienes son, además de restringir aún más los derechos a la privacidad y la liberad de expresión y asociación», destacó el investigador de Human Rights Watch, Oryem Nyeko.
No olvidemos que recientemente, Yoweri Museveni (presidente de Uganda), calificó a los homosexuales como «desviaciones de lo normal» y acusó a Occidente de querer imponer esa inclinación sexual en África.
No podemos olvidar que en 2014, les legisladores ugandeses ya aprobaron un proyecto de ley que pedía cadena perpetua para los homosexuales, pero el Tribunal Constitucional del país acabó anulando ese texto legal, condenado por numerosos países occidentales, tras argumentar que no hubo suficiente quórum durante su votación en el Parlamento.
Desafortunadamente, de los cerca de setenta países que criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo en el mundo, más de treinta se encuentran en África, donde la mayoría de leyes de este tipo son herencia de su etapa colonial.