Ya llevamos un tiempo en el estire y afloje con este tema y luego viene un hecho fortuito que acelera vertiginosamente el debate, al grado que nos estamos matando por hacer valer nuestra postura. En redes es particularmente violento, cuando la gente ataca cobarde y cruelmente escondida tras su pantalla. Este mismo artículo puede generar todo tipo de reacciones negativas, pero ya se dan por descontadas y no serán contestadas, ya que la oscuridad nunca se combate con más oscuridad; solo se le ilumina.
Somos minoría, y los medios están controlados mayormente por gente hetero-cis que expresa su opinión ante millones de personas que se tragan sus versiones sin siquiera masticarlas y las repiten. Es lógico que me pregunten mucho lo que opino como escritora acerca de este nuevo uso del lenguaje y por eso lo quise compartir aquí. No se trata en absoluto del lenguaje, y me perdonaran todos los premios nobel que explican que con el uso del masculino ya todo está cubierto. Este debate no debe hacerse al nivel del lenguaje, eso es un terrible error; ¡ven solo la punta y no ven el iceberg completo!
Yo hice el ejercicio de ver el iceberg y el resultado fue radicalmente diferente. Fue más o menos así: Este lenguaje suena horrible, incluso es molesto. Como escritora y amante de la riqueza de los lenguajes, la primera reacción lógica es de rechazo. Pero también soy una estudiante del ser humano y ahí todo cambia. El respeto y el reconocimiento de la identidad de una persona está por encima de cualquier incomodidad con el lenguaje, del cual no soy servidora sino ama; está a mi servicio, y como escritora lo hago como quiero para lograr transmitir mi mensaje. El lenguaje también evoluciona para reflejar un mejor entendimiento de la realidad. Si hace 50 años le hubieras dicho a alguien que “se conectará a internet con a clave del wifi y subiera un video al youtube” te hubieran encerrado en un manicomio.
El verdadero tema, es que les arde inmensamente tener que reconocer la realidad de una persona no binaria o que los vicios de una sociedad patriarcal que rebaja todo lo femenino se hayan visto reflejados en el lenguaje. ¡Esto es un iceberg del tamaño del planeta! Lo no binario plantea una realidad que no quieren aceptar. Una de mis experiencias más impactantes de la transición, fue cuando una persona me dijo que “no podía decirme Juliette, porque eso significaba aceptación de la transexualidad” (de la realidad) “¡y no!”. Nuestra sola presencia es a veces imposible de digerir para mucha gente. Y después viene el que, si hay un grupo de mil mujeres y un solo hombre, te tengas que referir al grupo en masculino. ¿Es muy difícil ver esto para los “expertos” que se expresan acerca del tema o es ceguera selectiva? ¿Y las otras barbaridades ya aceptadas por el lenguaje? ¿Crees que el grueso de la población se exprese correcta o incorrectamente?
Ya lo dije, la lucha de quien está en contra de este colectivo es porque no existamos, borrarnos, segregarnos… no reconocernos. Este tema es acerca de las personas, no del lenguaje. Posiblemente, ni siquiera sea una pregunta para una escritora. Sin importar como les suene, primero es la persona, su identidad y el respeto por encima de cualquier cosa.
Solo una recomendación: este lenguaje es para personas, no para cosas. Está bien jotear entre nosotres, pero si salimos cambiándole el género a todo destrozando el lenguaje, estamos quitándole la seriedad al tema y ganándonos una enorme animadversión por parte de las personas que se resisten, sonando a moda estúpida sin futuro, cuando en realidad hay mucho más en juego…
