Jeffrey Burill, ex-secretario de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, tuvo que dimitir al filtrarse que tenía un perfil en la app de citas gay más popular del mundo.
De acuerdo con «The Washington Post», una web informó en 2021 que Burrill había estado usando la app. Esto le llevó a renunciar a su cargo. Según el padre, la app no protegió sus datos ni le informó de que otros podrían acceder a ellos. Según su testimonio, esto hizo que su reputación sufriera “daños significativos” y que la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), le pidiera que renunciara por su “comportamiento inapropiado”.
Una portavoz de la app dijo en un comunicado que la compañía tiene la intención de responder vigorosamente a estas acusaciones. En su demanda, Burrill señala que la app vendió su información personal entre 2017 y 2021 a empresas y vendedores de datos.
En junio de 2022, el obispo de Burrill, William Callahan, le nombró administrador parroquial de una parroquia en La Crosse, Wisconsin. Pero Burrill aún está «tratando de recuperar su vida” después de sufrir “vergüenza y humillación”.
¿Pero que tal cuando estaba metidote en la app? ¿A poco también estaba muy avergonzado?
Los abogados de Burill le solicitaron a la app que compensara a su cliente con 5 millones de dólares. Como la app se negó, Burrill presentó su demanda, solicitando daños y una orden que impediría que la aplicación divulgue los datos de los usuarios sin previo aviso.
Si, está mal que se utilicen datos, supuestamente confidenciales de una app, para tratar de perjudicar a alguien. Pero, ¿Qué hubiera sucedido si esto no sale a la luz? Allí seguiría el padrecito cachondee y cachondee en la app gay.
Les digo manas, la doble moral ya está a un nivel detestable.