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«Se fue la luz en el pueblo»: la obra queer que enciende el escenario mexicano en el Mes del Orgullo

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En pleno junio 2025 Mes del Orgullo, el teatro mexicano se viste con los colores de la diversidad gracias a Luis Ceceña, joven creador escénico y audiovisual originario de Mexicali, quien presentará su más reciente trabajo: Se fue la luz en el pueblo.

Gabriel Gutiérrez García

IG: gabrielgtzgmx

Se fue la luz en el pueblo, es una puesta en escena con tintes autobiográficos que habla de lo que muchas personas LGBT+ aún viven: la tensión entre el deseo de libertad y la necesidad de encajar.

La obra, escrita por Mauricio Popoca y dirigida por Ceceña, se presentará del 20 de junio al 25 de julio en el Teatro La Capilla, en Coyoacán, en la Ciudad de México.

El montaje es el resultado del Segundo Laboratorio de Dramaturgia Colectiva LGBT+, un espacio virtual que reunió a personas queer de distintas ciudades del país para crear desde la experiencia, la escucha y la necesidad de contar lo propio.

Una cena, un apagón y verdades a media luz

La trama arranca en plena cena de Nochebuena en un pequeño pueblo. De pronto, se va la luz. Y lo que parecía una velada familiar se transforma en un viaje emocional que revela secretos, vínculos ocultos y deseos reprimidos. Con humor, calidez y profundidad, Se fue la luz en el pueblo ilumina las contradicciones de crecer siendo LGBT+ en entornos conservadores, donde “pertenecer” muchas veces significa esconder.

“Esta es una historia que visibiliza historias necesarias para poder crecer como seres empáticos”, explica Ceceña, también conocido por su trabajo en el cortometraje musical Dalila y como actor en Rutina, por el que recibió el Premio Descubrimiento del Año en el International Queer Film Festival.

Teatro como herramienta de lucha y conexión

Ceceña no sólo dirige: también fue el facilitador del taller de dramaturgia colectiva que dio origen a este texto. Participaron personas queer de entre 18 y 40 años, de lugares como Mexicali, Guadalajara, Torreón y la CDMX. “Más que un taller fue un espacio para compartir experiencias, anhelos y deseos. Para discutir qué está pasando con nuestra comunidad en distintos espacios del país”, señala.

En un contexto donde las narrativas LGBT+ todavía enfrentan censura, prejuicio o tokenismo, obras como esta se vuelven fundamentales: no sólo como formas de representación, sino como espacios de memoria, comunidad y resistencia. Y hacerlo desde lo colectivo le da aún más potencia.

Se fue la luz en el pueblo es una invitación a reír, conmoverse y reflexionar. A ver en la oscuridad esas verdades que muchas veces preferimos no mirar.