Como aquí mismo les di el chisme hace unos días manas, resulta que el Papa Francisco «la cajeteó» y utilizó términos despectivos para referirse a la comunidad gay.
Esto sucedió durante una reunión que el pontífice sostuvo con jerarcas de su iglesias para externar su preocupación de la abundancia de gays en los seminarios.
En dicha reunión, el máximo jerarca de la Iglesia Católica dijo que ya había demasiada «frociaggine» o «mariconería» en los seminarios.
Me aguanto la carcajada manas. Esto debido a que me suena como a chiste aquello de la «mariconería en los seminarios». ¡Siempre hemos sabido que entre los padrecitos hay harta comadre!
Por otra parte, es digno señalar que, lo más probable, es que el Papa no quisiera ofender genuinamente a nadie.
Sabemos que, por desgracia, algunas palabras que hoy pueden ser ofensivas para la comunidad LGBT+, antes eran «de uso común» entre la gente.
Y pues, el Papa no es precisamente un jovencito. Por ende, no está «modernizado» en cuanto a términos que ya están en desuso o pueden ser políticamente incorrectos e incómodos para algunxs.
Ante esta situación, la cual causó revuelo en redes sociales, Matteo Bruni, director de la oficina de prensa de El Vaticano emitió un comunicado excusando al llamado «Santo Padre»:
“El papa Francisco es consciente de los artículos que han salido recientemente sobre una conversación a puerta cerrada”.
“El papa nunca tuvo la intención de ofender o expresarse en términos homofóbicos, y hace llegar sus disculpas a quienes se sintieron ofendidos por el uso de un término, reportado por otros”.
Lo que se puede reconocer en el Papa es que, a diferencia de sus predecesores, ha tomado una postura menos agresiva y tajante ante la diversidad sexual.
Francisco ha sido reconocido por instar a la Iglesia a ser más «flexible» con la comunidad LGBT+, y ha transmitido un mensaje, hasta cierto punto, inclusivo.
Lo que resulta algo digno de reconocerse y casi histórico es que la Iglesias Católica se haya disculpado aunque sea «de dientes para afuera» con la comunidad LGBT+. Este ya es un buen paso en favor de la comunidad LGBT+.
Y ojo, que no es cosa de quién gane o pierda, es una cuestión de respeto mutuo y nada más.
Y que quede claro mis cielas: No es que la comunidad LGBT+ busque la aprobación de la Iglesia Católica o de ninguna otra; simplemente se pide respeto.
¿No les agradamos o están de acuerdo con nuestra orientación o identidad? Ok. Entonces mantengamos nuestra distancia, respeto mutuo y así todos felices y contentos.