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5 películas y series que abordan el tema del VIH de una forma espectacular

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5 películas y series que abordan el tema del VIH de una forma espectacular

¡Mis cinéfilas! Ángel Pérez de rialta.org nos reúne una muestra sustancial de películas y series que han devenido obras claves dentro de la tradición audiovisual consagrada al VIH/sida.

Son representativas de las variaciones afrontadas por el cine dedicado al tema y del impacto del fenómeno en la imagen audiovisual.

Angels in America, de Mike Nichols (2003), consuma una de las radiografías políticas más agudas sobre la escena social y moral de la sociedad americana en los años de la aparición del virus. Resuelta en un estilo mucho más deudor de lo específico cinematográfico que de lo televisivo, la ya clásica limited serie exhibe una estremecedora hondura argumental que engloba los procesos de aceptación de la enfermedad y la identidad sexual mediante la riqueza caracterológica de los personajes. A ello habría que añadir la inteligencia con que Mike Nichols conserva para el medio televisivo muchas de las pautas de la puesta teatral, y extiende la profundidad cognitiva e inventiva estética del original literario, de la autoría de Tony Kuschner.

Review:What it's like to watch Angels in America in an age of making America great again - Vox

Pose, de Ryan Murphy y Brad Falchuck (2018), si bien es particularmente atendible respecto al abordaje de la temática, también es cierto que no alcanza la profundidad discursiva de Angels in America, ni la originalidad en el manejo del lenguaje audiovisual de aquella. Sobre todo, será durante su segunda temporada que “el drama del sida” centre el planteamiento argumental, al revisar sus repercusiones dentro de la comunidad trans de afrodescendientes e inmigrantes latinos norteamericanos durante los años ochenta y principios de los noventa. Aunque no se adentra demasiado en la realidad clínica de la enfermedad, en la tragedia física que supuso para los enfermos, tiene el mérito indiscutible de fundar su estilo a partir de determinados perfiles del imaginario trans, tomando en cuenta la experiencia íntima de vivir con la enfermedad o la emergencia de manifestaciones de activismos cívico ante la expansión de la epidemia.

Longtime Companion, de Norman René (1989), muestra una de las facetas más explotadas en cuanto al tratamiento del VIH/sida en el cine. Con un protagonismo colectivo perfectamente logrado en términos dramatúrgicos, este filme testimonia la situación de un grupo de amigos homosexuales luego de que la comunidad gay de los Estados Unidos fuera impactada por la aparición del virus. Quizás el mérito mayor de la película se logre al convertir en sujeto dramático de la narración la propia sensibilidad con que se aborda la incertidumbre que la enfermedad provoca en todos los personajes, al tiempo que expone las particularidades del imaginario gay de la época y las características que experimenta la sexualidad bajo el signo de la epidemia.

Longtime Companion (1989) - IMDb

La cinta goza de un valor documental notable, dado que observa con detalle las circunstancias sanitarias de entonces, el cuadro clínico experimentado por los pacientes, las respuestas de las instituciones y la atención prestada por los medios de prensa al fenómeno. Y todo esto lo consigue sin dejar de priorizar la huella afectiva, la sensación de desconcierto, miedo y pérdida, que fue dejando la enfermedad en las personas homosexuales.

The Living End, de Gregg Araki (1992), resulta singular en cuanto a tratamiento narrativo y visual. Es un referente esencial de la cultura queer, la obra que colocó a Gregg Araki en un sitio de privilegio dentro del cine independiente. Retrato de la oscura década de los ochenta, plagada de ansiedad e inseguridad ante el acecho del virus, el filme se aleja del realismo común a estas películas, a la retórica historicista. Como ha comentado su propio director, “muestra algo mucho más crudo y más cercano a la gente común, lo que las personas sentían; la cólera y el sentimiento de estar solos y marginados, desesperados”.

Catalogado por la crítica como una “versión gay” de Thelma y Louis, The Living End cuenta la aventura de un crítico de cine y de un bandido que se prostituyen, quienes tienen un encuentro causal y entablan una relación erótica, marcada por la condición seropositiva de ambos. Estos jóvenes emprenden un viaje donde la enfermedad se revela como una experiencia de aprendizaje. Junto a su gramática minimalista, el acierto fundamental de Araki reside en la eficacia con que testifica las manifestaciones de ira y de dolor de los protagonistas, enfrentados a una sociedad conservadora que desecha sus cuerpos. La extraordinaria atmósfera generada por la narración, la puesta y la visualidad explican a la perfección el destrozo emocional de los personajes, algo que sólo puede terminar traduciéndose en violencia.

The Living End (1992) - IMDb

120 pulsaciones por minutos, de Robin Campillo (2017), más reciente, se emplaza en los años iniciales de la epidemia en Francia, y se centra en un grupo de integrantes del movimiento Act Up Paris. Con una apreciable visualidad de tono documental, heredera de la tradición fílmica independiente, la película también entrega sus mejores cartas en la sustantivación de las dinámicas de los activistas y sus enfrentamientos al gobierno francés y a las farmacéuticas para exigir mayor atención a la realidad vivida por las personas golpeadas entonces por el VIH/sida. Estos colectivos fueron fundamentales en el logro de políticas orientadas a generar tratamientos más efectivos y una mejor atención médica a los pacientes hospitalizados. 120 pulsaciones por minutos logra dotar de un rostro elocuente a las acciones desarrolladas por estos colectivos activistas y sus luchas, esenciales en el devenir de la comunidad LGBTIQ+.

Lista realizada por Ángel Pérez de Rialta.org