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Monjes abandonan escuela por entrenadora lesbiana

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¡Mis Like Prayers! Los monjes de una escuela católica prefieren renunciar antes que aceptar a un miembro de la diversidad sexual como compañero de trabajo.

Un grupo de monjes benedictinos cortó lazos con una escuela secundaria católica de Illinois después de que acordó contratar a una entrenadora de lacrosse lesbiana.

Los 50 monjes del monasterio de San Procopio anunciaron el pasado martes 4 de enero que dejarían de trabajar en la Academia Benet de Lisle, Illinois.

Su decisión se produjo después de que la escuela secundaria católica privada, fundada por los monjes hace más de 120 años, decidiera ofrecer el trabajo de entrenadora de lacrosse a una candidata lesbiana.

A Amanda Kammes le revocaron su oferta de trabajo en septiembre del año pasado después de que la escuela descubriera que estaba casada con una mujer.

Según NBC Chicago, miles firmaron una carta pidiendo a la escuela que revocara su decisión, y los estudiantes realizaron una manifestación para apoyar a Kammes.

Finalmente, la escuela le ofreció el trabajo, mientras admitía que su formación y experiencia la convertían en la candidata adecuada para el puesto.

Pero la decisión no les gusto par a nada a los monjes de San Procopio.

La homofobia radical que alberga en San Procopio

La Academia Benet, bajo presión, acordó contratar a la entrenadora de lacrosse lesbiana Amanda Kammes, e incluso se peleó con sus monjes fundadores y donantes principales en el proceso.

No obstante, el director Stephen Marth insistió en que la escuela mantendría su identidad católica, en la tradición benedictina, en los años que vendrán.

Aparentemente, esto también significa aferrarse a sus políticas homofóbicas para los estudiantes.

«Los actos sexuales pertenecen al matrimonio, que se ve como una unión indisoluble de un hombre y una mujer de por vida», dice la guía de la escuela 2021-2022 a los estudiantes.

«Se les enseña a los estudiantes a abstenerse de actos sexuales antes del matrimonio y a cultivar la virtud de la castidad», añade.

«Además, el cuerpo humano, tal como se creo masculino o femenino por Dios, se debe respetar como tal», agrega la guía.

El código de vestimenta de la escuela obliga a los estudiantes a vestirse como corresponde a los hombres y mujeres jóvenes de su sexo biológico al nacer.

Las parejas del mismo sexo no tienen derecho a asistir a cualquier actividad social que patrocine la escuela, y se le puede expulsar si desafían esta regla.

La academia también organiza viajes escolares a marchas contra el aborto.