¡Mis Teatreras! Su Señora Escándala les trae una obra de teatro para que desembolsen la dinerita con actores que representaran lo que muchos vivimos en algún momento de nuestras vidas como miembros de la comunidad LGBT+
En contextos pos-pandémicos muches buscamos realizar de nueva cuenta las actividades que se detuvieron por problemas que derivaron de la pandemia por Covid-19 en nuestro país, por lo que ahora podremos disfrutar de cosas como la magia del teatro y en esta nota te presentamos «Soluciones Permanentes Para Problemas Comunes» que tendrás la oportunidad de ver hasta el 29 de mayo de este año en la Sala Xavier Villaurrutia.
Serían interminables los motivos para incentivarte a ver esta puesta en escena, pero en resumidas cuentas te diremos que aborda la diversidad sexual con una familia «común» que se conforma por una madre soltera en compañía de su padre quien poco a poco pierde la memoria y su otro hijo, miembro de la comunidad LGBT+, busca independizarse.
Pero por si fuera poco, la persona que le dio vida a este proyecto se trata de Francisco Ibarra quien en entrevista con la Señora Escándala nos reveló que esta producción del INBAL (Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura) se lleva a cabo en el marco de un programa que se llama ‘Dirección Joven’ del cual se le galardonó como director en 2019 y por la pandemia, apenas llegó esta puesta en escena a cartelera.
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Antes de empezar a montar la obra, se empezó una clase de «laboratorio» en donde el punto de partida fue identificar cuál era la postura personal respecto al tema que abordamos entre familia y desigualdad. La vinculación de estos dos conceptos tan presentes en la vida social de este México bastante desigual con la comunidad LGBT+.
«Fue un proceso muy interesante porque el equipo está formado por hombres de la comunidad LGBT+ y mujeres cisgeneros heterosexuales, además de esta transversalidad hay otra muy importante que hay una gran brecha generacional que forma parte», comentó en entrevista con Escándala, Francisco Ibarra.
«La persona más joven tiene 22 años y la persona más grande tiene 82 años, entonces desde luego que esa diversidad nos hizo en primera instancia tomar medidas de protocolo para llevar a cabo nuestros ensayos de una manera segura para todes», agregó.
De igual forma, Ibarra mencionó que el filtro más importante para abordar la obra con los personajes fue el de identificar la necesidad de «él decir», en qué temas encontramos un punto de encuentro para poder socializar y exista diversidad en torno a las posturas.
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Y aunque en ningún momento de la historia se cuenta un relato personal de los miembros, opera algo bien interesante que es la identificación. El teatro es una gran ventana donde podemos mirar quizás cosas que nos resuenen en lo personal, en nuestra propia vivencia, en nuestra propia experiencia.
«Un poco al estar socializando nos fuimos dando cuenta que hay patrones que se repiten, hay heridas por sanar que se repiten y están presentes de una manera pues muy visible y muy sensible y fue ahí donde colocamos la mirada», comentó Francisco Ibarra.
«No con el afán de crear un relato victimizante, sino con el afán de preguntarnos hacia dónde se camina, hacia donde se puede construir un camino para andar libres», añadió.
