Resulta que Irak ha aprobado una controvertida ley en contra de los derechos de la comunidad. Esto reafirma que, en el Medio Oriente seguimos estancados en materia de derechos para la comunidad LGBT+.
El sábado 27 de abril de 2024, el país islámico reforzó sus ya de por sí agresivas leyes contra la comunidad, con una ley que pretende imponer penas de entre 10 y 15 años de prisión para relaciones homosexuales, entre otras penas “menores” por operaciones de reasignación de género, el cual también incluye al personal médico que las realice.
La ley también aplica en organizaciones que “promuevan la desviación sexual”, según dice literalmente el texto. Según se dice, los legisladores del país aprobaron esta legislación como una forma de “proteger la moral del país”. Mohsen Al-Mandalawi, presidente parlamentario interino, declaró:
«No hay lugar para la homosexualidad en Irak, la tierra de los profetas, los imanes puros y los santos justos»
Esto ha causado conmoción internacional. La Unión Europea, a través de su Oficina de Acción Exterior, ha declarado que la ley incumple el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el que Irak participa desde 1971.
Comunidad internacional condena la aplicación de esta ley
El Departamento de Estado de Estados Unidos también se ha manifestado advirtiendo que, entre otras cosas, dicha legislación podría ahuyentar la inversión extranjera en Irak.
Cabe señalar que, en 2023, el legislador iraquí Raad al-Maliki. había presentado una iniciativa aún más radical que pretendía imponer condenas de cadena perpetua y pena de muerte contra personas LGBT+. Afortunadamente su iniciativa no fue aprobada.
Esta situación ha generado un malestar y preocupación natural entre la población LGBT+ del país islámico, y ya se prevé un éxodo masivo del país de parte de la población de la comunidad.
Sarah Sanbar, investigadora de Human Rights Watch describió la legislación iraquí como “un acontecimiento horrible y un ataque a los derechos humanos”.
Si ya de por sí la situación es tensa en el Medio Oriente hijxs, situaciones como estas nos llevan a reafirmar que debemos seguir en pie de lucha y ejercer presión internacional para la protección de los derechos y libertad de la población LGBT+ en todo el mundo.